(ANS – Roma) – Exactamente un mes después de la beatificación de Stefano Sándor, salesiano coadjutor húngaro y mártir de la fe, que tuvo lugar en Budapest el 19 de octubre, la Embajada de Hungría ante la Santa Sede organizó, en la Academia Húngara de Roma y en colaboración con la Congregación Salesiana, una velada en honor del nuevo beato.

Después del saludo del embajador, Su Excelencia el Sr. Gábor Györiványi, tomó la palabra el Rector Mayor, Don Pascual Chávez, quien presentó la importancia del testimonio de Stefano Sándor: en la defensa y promoción de la fe, en la protección de la familia contra las ideologías que distorsionan la naturaleza y misión, en el desafío educativo en un tiempo de emergencia educativa.

Posteriormente don Pierluigi Cameroni, Postulador General, trazó un perfil biográfico y espiritual del nuevo beato, destacando en Sándor un modelo de radicalidad evangélica, de la vida religiosa ejemplar y de singular compromiso con el mundo del trabajo.

A continuación tomó la palabra el Sr. György Hölvényi, Secretario de Estado húngaro, responsable para las relaciones eclesiásticas y para las minorías, que elogió la obra actual de los salesianos en Hungría, comenzada después de la dura estación del comunismo y la colaboración existente entre Iglesia y Estado en el campo de la educación.

Luego fue proyectada la película "El Siervo de Dios, Stefano Sándor", del director húngaro András Dér, quien asistió al evento. La película, llena de mensajes y estímulos reflexivos, incluso muy apreciada por la calidad técnica, hace totalmente palpable el contexto histórico que acompaña la vivencia de Stefano Sándor, que fue la toma del poder del régimen comunista en Hungría en los años 50 y de la creciente obra de persecución contra la Iglesia, en particular de su actividad educativa. Stefano Sándor vivió con espíritu de fortaleza evangélico y de emprendimiento apostólico a la hora de la prueba y del martirio, siendo para los jóvenes de ayer y de hoy un punto de referencia creíble y estimulante.

La noche terminó con el saludo del Card. Tarcisio Bertone, quien recordó cómo los regímenes totalitarios en la persecución contra la Iglesia Católica siempre han expresado una violencia particular contra sus instituciones educativas, aunque solo a través de una leal y constructiva colaboración entre la Iglesia y el Estado es posible realizar el verdadero bien de los pueblos y de las naciones, promoviendo de modo particular la formación espiritual, moral y cultural de las nuevas generaciones.

Publicado el 20/11/2013