En 1995 los Salesianos crearon en la barriada de Argenteuil de París, un nuevo Valdocco donde un equipo de 30 educadores con la ayuda de animadores y voluntarios, educa hoy a más de 600 chicos, musulmanes en su mayoría, marroquíes, asiáticos y de Europa oriental. El centro brinda apoyo escolar durante el día a chicos entre los 8 y los 16 años, mientras que por la tarde a aquellos de 16 a 25.

La actividad principal del centro “Valdoccò” se realiza en la calle donde vive la mayor parte de los chicos de las “banlieues”, ahí se realiza la mediación familiar y socio-educativa , integrando tres principios clave:  familia, escuela y calle.

El alma del centro es el salesiano Jean-Marie Petitclerc, figura significativa en el ambiente del voluntariado francés y docente universitario. Durante años ha dado vida a una serie de oratorios en las barriadas periféricas de la capital francesa, y hoy es miembro del consejo del Ministerio encargado de las periferias nacido hace 3 años para afrontar los graves problemas sociales de los barrios en situación de riesgo de las grandes ciudades galas.

Nacidas a finales de los años 60, cuando a Francia llegaban grandes flujos migratorios provenientes sobre todo de las antiguas colonias, las “banlieuses” surgieron inicialmente como “ciudades de tránsito” para la nueva mano de obra que fluía hacia el país en aquellos años. Hoy, estas áreas, son la morada de estos nuevos ciudadanos.

La degradación, la falta de infraestructuras y la sobrepoblación han provocado el crecimiento de la criminalidad, del tráfico de droga y de armas, sobre todo entre los más jóvenes. La “banlieue” se ha convertido en sinónimo de inseguridad y precariedad social.

“Se habla mucho de la violencia de los adolescentes en las ciudades, yo digo –comenta don Petitclerc- que el modo más natural de expresar la cólera, de enfrentar los conflictos, es la violencia. Aquello que no es natural, porque es resultado de la educación, es la convivencia y la paz: la capacidad de establecer relaciones pacíficas con quien es diferente de nosotros se tiene que aprender. Don Bosco dice que la violencia de los jóvenes es una señal del fracaso de nuestro camino educativo, entonces manos a la obra: eduquémosles. Se necesita trabajar colaborando con todos los adultos que caminan con los jóvenes. En este enfoque global, creo que la originalidad de la ejecución del sistema preventivo en Valdoccó de Argenteuil está en buscar una mediación entre familia-escuela-ciudad, para crear relaciones entre todos los adultos que caminan con los jóvenes.”

La experiencia de don Petitclerc y del centro “Valdoccò” de París ha sido dado a conocer gracias al apoyo de un vídeo realizado por Missioni Don Bosco–Media Centre de Turín, disponible en el sitio www.donbosco-humanrights.org

Publicado el 08/10/2009