(ANS - Roma) - El informe de mons. Salvatore Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, abrió el sábado 1 de diciembre, los trabajos de los inspectores de Europa reunidos en Roma para su cuarto encuentro.

El obispo ofreció una intervención densa, llena de ideas, una verdadera y propia lección de nueva evangelización que, en lugar de indicar técnicas y estrategias, ha motivado la necesidad de un cambio de perspectiva y una mayor fidelidad y adhesión a la fe de los cristianos, y sobre todo, de los "líderes" (Hb 13, 7). La nueva evangelización, dijo mons. Fisichella, se dirige a los cristianos bautizados que, inmersos en un contexto y un tiempo donde falta la percepción de Dios, han perdido su identidad moral y vital.

A continuación, ha citado a Benedicto XVI, "El núcleo de la crisis de la Iglesia en Europa es la crisis de la fe. Si no encontramos una respuesta a esta, si la fe no recobra la vitalidad, convirtiéndose en una profunda convicción y una fuerza real gracias al encuentro con Jesucristo, todas las demás reformas permanecerán ineficaces". Una fe, por lo tanto, que debe ser repensada y revivida en una nueva forma.

Refiriéndose a la exhortación de San Pedro - " listos siempre para responder a todo el que os pida razones de la esperanza que hay en vosotros (1 Pedro 3:15)" - mons. Fisichella ha lamentado cómo el "dar razón de la fe no parece haber apasionado mucho a los  creyentes en las últimas décadas". La esperanza cristiana hoy se enfrenta no a un ateísmo científico, sino práctico, basado en el comportamiento, “a menudo cómplice de una teología débil y una religiosidad basada más en el sentimiento e incapaz de mostrar el más amplio horizonte de la fe. En este contexto, Dios está perdiendo su lugar central. La consecuencia de esto, sin embargo, es que el hombre mismo pierde su lugar. ¿Dónde se sitúa el centro entre Dios, el hombre y la creación?". Por esta razón, el cristiano debe recuperar y sentir su propia misión: ser centinela de la mañana!

"Es extraño tener que comprobar esta condición en los países que están plasmados y formados por la fe cristiana. La elección que muchos están intentando mantener neutral ante la religión es de lo más peligroso que se pueda imaginar. Las religiones de Occidente no pueden ser todos iguales. [...] La primacía de la razón, conquistada a través de los siglos, no se puede reducir en este momento con un igualitarismo de arenas movedizas que impide dar voz a la fuerza crítica".

"Nuestra historia está llena de luces y sombras, - añadió - pero el mensaje que traemos es la genuina liberación para hombre y el coherente progreso para los pueblos". La pregunta sigue siendo si el hombre moderno es ahora capaz de captar la novedad de Jesucristo! "Si Occidente se avergüenza de lo que ha sido, de las raíces que lo sostienen y de la identidad cristiana que todavía le da forma, entonces no tendrá futuro".

Es necesario volver a poner en el centro de los compromisos culturales y políticos algunos principios valiosos: la familia, la primacía de la vida humana, la escuela ... "Nosotros católicos no retrocederemos en este asunción de responsabilidad y no aceptaremos ser marginados"

El camino de la nueva evangelización - que renueva el anuncio de Jesucristo, del misterio de su muerte y resurrección, para provocar de nuevo la fe en él a través de la conversión de la vida - se caracteriza por la formación que permite recuperar el patrimonio de fe y cultura; de la liturgia entendida como expresión y celebración de la vida de fe; y de caridad que rompiendo el individualismo abre al otro a la participación, a la responsabilidad y al testimonio.

En conclusión, mons. Fisichella hizo suyas las palabras del card. Joseph Ratzinger, quien pocos días antes de ser elegido Papa, había tenido en Subiaco una conferencia sobre la condición de Europa. "Lo que necesitamos en este momento de la historia son hombres que, a través de una fe iluminada y vivida, hagan a Dios creíble en este mundo ... Necesitamos hombres que tengan la mirada dirigida a Dios, aprendiendo de Él la verdadera humanidad. Necesitamos hombres cuyo intelecto sea iluminado por la luz de Dios y a los cuales Dios abra el corazón, de modo que su intelecto pueda hablar con el intelecto de los otros, y su corazón pueda abrir el corazón de los otros. Sólo a través de hombres que han sido tocados por Dios, Dios puede volver entre los hombres".

Respondiendo algunas preguntas de la sala, mons. Fisichella precisó que el Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización tiene como objetivo proponer un proyecto unitario para realizarse no de manera uniforme, por respeto a la diversidad y particularidad de los diferentes contextos locales. La Nueva Evangelización - que en realidad surge como un verdadero reto a la cultura secular y de lo efímero que no tiene futuro porque no tienen un futuro - tiene dos opciones operativas privilegiadas: la recuperación de la reconciliación  y de la relación interpersonal o dirección espiritual.

El texto completo de la intervención de mons. Fisichella está disponible en italiano en la sección de Proyecto Europa de sdb.org.

Publicado el 03/12/2012