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La condición de la mujer en la R.D. Congo no está tutelada ni valorada. El reciente Reporte de “Mapping” de Naciones Unidas sobre los derechos humanos en el país, hecho público el 1° de octubre de 2010, afirma en el n° 630: “Entre el año 1993 y el 2003, la violencia sexual fue una realidad cotidiana que no dejó ninguna tregua a las Congoleses”. Desgraciadamente, del 2003 a hoy las cosas no han cambiado mucho.
La discriminación y la explotación de las mujeres está presente en varios ámbitos: el estudio es frecuentemente obstaculizado; sobre el trabajo las mujeres no vienen protegidas para permitirles la asistencia y el cuidado de los hijos; muchas veces en familia viven situaciones de exclusión y la gestión doméstica jamás puede contar con la ayuda del marido.
Las mujeres congoleses no se han dejado abatir y su respuesta de resistencia y esperanza es ejemplar. En Bukavu, por ejemplo, en octubre de 2010, durante la Marcha Mundial de las mujeres, dijeron que no querían ser consideradas sólo como víctimas del abuso, sino que lanzaron el slogan: “Víctimas ayer, vivientes hoy, lideres mañana”.
En su camino por reapropiarse de nuevo los derechos, las mujeres no están solas. El Centro don Bosco “Ngangi” de Goma fue creado y se ha desarrollado para el servicio de los muchachos pobres. Pero en el contexto específico, señalado por la guerra, los cataclismos naturales y la pobreza endémica, se abrió a los sufrimientos de otras de personas, entre las cuales las madres y las mujeres en dificultad.
En el Centro muchas viudas encuentran hospedaje, con la oportunidad de poder adquirir su casa desarrollando trabajos dentro de la obra. El personal del centro reúne continuamente las mamás para darles una educación de base sobre la salud, alimentos, prevención de enfermedades y sugerencias para la participación en la vida política., todo aquello que es útil para que las mamás se conviertan en personas responsables de su vida y de su casa.
Además de enseñarles a leer, escribir y hacer cuentas, la escuela enseña a las mujeres varias formas de artesanías (corte y confección, costura, tejido, confección de bolsas, bolsos, tapetes). Y apara ayudar a las mamás pobres fue instituido un servicio de microcrédito: después de una apropiada formación, las mujeres necesitadas reciben una suma de dinero (entre 50 y 300 dólares) con las cuales puedan crear una pequeña cooperativa que les permita iniciar una pequeña actividad productora de ganancias (pequeño comercio, criadero de animales, horticultura).
En la difícil realidad en el cual viven, las mujeres de Goma muestran coraje, resistencia, capacidad vencer el sufrimiento por sus hijos, y frecuentemente también trabajo eclesial. El Centro Don Bosco quiere permanecer al lado de ellas.
Publicado el 24/05/2011