(ANS – Paris) – "Libertad, Igualdad, Fraternidad, éstos son los tres valores de nuestra República!" nos viene recordado constantemente hoy por el contexto traumático de este enero de 2015. Sin embargo, estos tres valores no son de la misma naturaleza: si la libertad y la igualdad son del orden del derecho, la fraternidad, sin embargo, es del orden del deber. Y estos valores deben ser combinados. El derecho a la libertad de expresión debe estar relacionado con el deber de la fraternidad, con la necesidad de respetar lo que impone este valor. No todo es posible en nombre de la libertad de expresión: el respeto impone límites.

Por el P.Jean-Marie Petitclerc, SDB

La Fraternidad es diferente de la amistad, porque mientras elegimos a nuestros amigos, nosotros no elegimos a nuestros hermanos. Y es aún más difícil que una simple solidaridad. Porque podemos mostrar solidaridad dando una moneda a un “sin techo”, sin establecer una relación fraterna con él. La Fraternidad exige el respeto por la diferencia de los demás, considerándolo igual frente al derecho.

Este deber de Fraternidad va al mismo nivel con el rechazo de todo lo que puede conducir a la humillación de los demás. Y sabemos - en todo caso, la historia ha demostrado en repetidas ocasiones - que la humillación conduce a la violencia. Prevenir la violencia del terrorismo, es desde antes comprometerse por evitar la práctica humillante. ¿Cuántos jóvenes de hoy se sienten humillados por la escuela cuando se ven relegados en aquellas estructuras estigmatizadas por el ambiente! Los profesores hoy se quejan del "comunitarismo" en la escuela: pero no es la normativa de la "carte scolaire"(mapa escolar) que llevaron al comunitarismo, cuando los hijos de una zona guetizada son obligados a asistir a la escuela en la misma estructura? La cultura del barrio luego invade la escuela, y los maestros, que a menudo no tienen conocimiento de los códigos de zona, se sienten abrumados. Es justo el momento de restaurar una mezcla social en la escuela! La medida del "busing" - que consistía en subdividir los hijos de un colegio sensible en las diferentes escuelas de la ciudad - ha sido enterrada, mientras que los primeros resultados parecen prometedores.

Y con respecto al estado de nuestras prisiones... una verdadera vergüenza para nuestra República. Una vez más, hay que decirlo, las casas de radicalización islámica en nuestro país, son las prisiones!

La lucha contra el terrorismo requiere ciertamente el desarrollo de nuestros servicios de inteligencia, pero también el tiempo para nuestra República decuidar de sus dos instituciones que producen humillación: sus escuelas y sus prisiones! No hay que olvidar, en efecto, que los tres terroristas asesinados el 9 de enero por las fuerzas de seguridad, han pasado por nuestras escuelas y por nuestras prisiones.

(Traducción de Andrés Felipe Loaiza, SDB)

Publicado el 26/01/2015