(ANS – Roma) – El “buen cristiano y el honesto ciudadano” es un derecho y un proyecto de vida y de educación integral de cada muchacho y joven, más allá de la situación pre-existente o punto de partida, en el cual se encuentran en el momento en que entran en contacto con el mundo salesiano.  Desde aquí parte el trabajo de los salesianos con los jóvenes en situación de peligro. 

El retorno a Don Bosco y a los jóvenes evocado por el Capítulo General 26 (CG26) pide a todos los salesianos una renovada conversión en la centralidad del carisma, confirmando la necesidad de una evaluación constante entre carisma, misión salesiana y atención a las situaciones de dificultad y marginación social. 

En Italia la Consulta de los encargados Inspectoriales para la marginación y  jóvenes en dificultad, han señalado la importancia de las orientaciones del CG26, y de modo especial la “perspectiva carismática”, para no caer en la tentación de afirmar, que es un trabajo exclusivo de algunos religiosos especialmente sensibles o preparados, sino que es parte integrante del carisma salesiano y como tal está incorporada en el Proyecto Educativo Pastoral.

Todo esto ha inducido a las Comunidades Salesianas y a la Comunidad Educativo Pastoral a asumir la responsabilidad en dos grandes ámbitos: Uno, en el llamado “Dificultad evidente” en los casos de dependencia, violencia, marginación, explotación, abandono escolar; dos,   “En dificultad”, más general, al cual los salesianos responden con la riqueza de sus propuestas educativas más tradicionales: oratorios, centros juveniles, escuelas, centros de formación profesional..

El trabajo en tal sentido es doble: para los operadores se colocan capacitaciones profesionales y formativas adecuadas; para los muchachos, gracias a la ayuda de la Federación SCS/CNOS – Salesianos por lo Social se realiza un esfuerzo que comprende los recorridos formativos de diverso tipo (motivacional, educativo-profesional, proyectual, de gestión…), a varios niveles (nacional, inter-regional, inspectorial…) y con atenciones específicas (mesas de trabajo “dependencias”, “casas de familia”, “centros diurnos”, “emigrantes”).

La presencia en la misma área de obras dedicadas a atender la dificultad evidente y  otras situaciones de dificultad con propuestas tradicionales, hace ver la riqueza del carisma salesiano y lo transforma en  un recurso para las otras:  se trabaja como una red  educativa salesiana que antes de multiplicar propuestas valora la atención y la responsabilidad reciprocas. Este trabajo facilita la creación de redes más amplias entre las diversas propuestas asociativas, educativas e institucionales del territorio y la difusión de una cultura de protagonismo juvenil y de atención a propuestas educativas personalizadas e incluyentes.

El estímulo fundamental de este compromiso tiene su origen en el carisma de Don Bosco. Es necesario partir siempre del lema: “En cada uno de estos muchachos,  en situación de dificultad, hay un punto accesible al bien. La tarea del educador es encontrar la cuerda sensible para hacerla vibrar”.

Publicado el 29/02/2012