Italia – De la formación de un joven a la educación de un pueblo |
RMG – PE: una mirada sobre la realidad italiana |
Temas y datos para comprender el rostro de los jóvenes italianos
La revista salesiana “Notas de Pastoral Juvenil” publicó en diciembre un artículo con el título “Los Arcos y las Flechas” que ofrece una visión precisa y auténtica de los jóvenes italianos, sobre su vida… y con el objetivo de una posible intervención educativa.
El aporte, a cargo del sociólogo Domenico Cravero, se fundamenta en datos de una investigación reciente – conducida por Eurispes - en Sardeña, para la diócesis de Templo Ampurias con un cuestionario aplicado a cerca de 2000 jóvenes de una edad media de 19 años.
La vida afectiva
Es natural que los adolescentes busquen intercambiar opiniones y recibir consejos sobre todo en su relación con los amigos. Los padres de familia, sin embargo, permanecen como un punto importante de referencia. Casi una tercera parte de los muchachos se dirige a la madre o al padre para pedirle consejos (las mujeres más que los hombres); 1 sobre 10 lo hace constantemente. La comunicación todavía no es fácil: para algunos no existe verdadero dialogo, para otros sucede “alguna vez”. Más de la mitad de los encuestados habla con los padres de familia de la escuela y de los sucesos cotidianos. Es frecuente que no se comunique todo y que la confianza venga “parcialmente”. Las amistades representan un argumento importante de discusión entre los padres y los hijos. Se confían a los padres de familia los deseos y proyectos, como práctica cotidiana y otras veces en forma ocasional. Sobre algunos temas la confianza sucede raramente: por ejemplo el argumento de la sexualidad o de las vivencias sentimentales.
No se busca en los padres de familia “un amigo” ni siquiera un “refugio”. La Madre y el Padre deberían ser sobre todo “un guía” y un “ejemplo”. Para los más jóvenes, en cambio, los padres son una “ayuda” para contarles las dificultades.
Para la mayoría es fundamental la experiencia de vida en pareja. Tener al lado un muchacho o una muchacha, con la cual compartir valores e intereses es vivido como una oportunidad importante. Los valores de la vida son considerados la base segura en la elección de un partner, y poco importa la fe religiosa.
Escuela y trabajo
Para una buena parte de los jóvenes la escuela debería facilitar el ingreso al mundo del trabajo. La escuela no sólo debería trasmitir nociones sino también valores. Se va a la escuela para aprender cosas nuevas pero también para estar junto con los coetáneos.
El verdadero problema de los jóvenes italianos, documentado también en la investigación, es de quienes ni estudian ni trabajan, viviendo la situación más humillante y riesgosa propio de la edad, sabiendo que es el momento que corresponde al desarrollo de la inteligencia, de las actitudes y capacidades creativas. Una tercera parte de los encuestados no estudian, ya entre los 16 – 19 años y, sobre todos en las edades de 20 a 25 años. No sabemos cuántos en el mismo arco de edad están trabajando. Conocen los datos de la desocupación juvenil italiana ……. La motivación escolar resulta escasa: una tercera parte, en el futuro cercano, quisiera dejar de estudiar e ir a trabajar, otro tercera parte declara que quisiera estudiar y trabajar al mismo tiempo. Una pequeña parte de los 16 a los 19 años afirma que prefiere “no hacer nada”. Esta desmotivación difundida es quizás uno de los rasgos más preocupantes de la crisis educativa de la actual familia italiana que no parece estar en capacidad de motivar a sus hijos hacia una “base afectiva segura” capaz de sostener la voluntad y la motivación de una elección de vida. El trabajo, de otro lado, es considerado como un factor de “independencia económica”. Sólo una pequeña parte lo considera importante para su propia realización. Una neta minoría lo considera una experiencia capaz de dar sentido a la vida.
La conciencia sobre las dificultades de la situación italiana y de la complejidad de los desafíos del mercado laboral parece más bien escasa (por inconsciencia? Por la seguridad de estar protegidos por la familia?). Sin embargo, en un periodo de crisis económica y de profunda dificultad para los jóvenes, prevalecen los juicios optimistas hacia el futuro. La mayoría de los jóvenes considera que cumplirá casi todos los objetivos pensados: encontrar un buen trabajo, hacer un trabajo que le guste. La duda sobre el optimismo nace debido la escasa disponibilidad de invertir en la escuela (menos de un tercio piensa graduarse. La mayoría de los muchachos piensa tener hijos, pero sólo la mitad piensa en casarse. La crisis del matrimonio en la perspectiva de los jóvenes de la investigación es evidente).
El tiempo libre
En las respuestas con respecto al uso del tiempo libre fuera de los compromisos escolares (o laborales) aparecen dos datos interesantes: de una parte la casa y como consecuencia la crisis de los lugares públicos (la calle y la plaza) en la socialización de los jóvenes; del otro lado, las extraordinarias habilidades de expresión, actitudes expresivas, en gran parte infravaloradas, de los actuales adolescentes.
Un tercera parte de los encuestados elige la casa como el espacio de socialización. Casa no significa familia, es decir la compañía de los padres, hermanos y hermanas. Son importantes los amigos, pero con ellos se puede comunicar estando cómodamente encerrados en la habitación, con relación a las horas cotidianamente dedicadas a la comunicación entre “no presentes”. Un quinto de los jóvenes navega más de 2 horas al día en internet, otro tanto más de 4 horas. El 42% utiliza el celular por más de 4 horas al día. El uso del pc supera la Tv por intensidad de consumo: también más de 4 horas al día.
La comunicación virtual aumenta con detrimento de los encuentros reales: algunos se encuentran en la calle, en los parques públicos, en los centros comerciales, en los gimnasios. Las parroquias representan un espacio residual (menos del 7%) también la superan las discotecas. Una quinta parte gasta el tiempo con su compañía partner.
Los jóvenes se muestran, ricos de intereses y de pasiones: más de la mitad hace deporte, una tercera parte diseña, una quinta parte toca un instrumento musical, y un porcentaje parecido se compromete en el voluntariado local. A muchos les gusta escribir: diario personal, narraciones y poesías, frecuentar museos y muestras. La música y el deporte interesa sobre todo a los hombres. Las mujeres eligen escribir y pintar. Sólo el 22% de la investigación declara no leer ningún libro, fuera de los escolares; leen más las mujeres con respecto a los muchachos. Los géneros preferidos son: la narrativa y los cuentos.
La religiosidad, el compromiso social, los mass media
Considerando las respuestas sobra la religiosidad (símiles a los datos de otras investigaciones sociológicas) no se puede afirmar de estar frente a una generación incrédula: 7 de 10 se declaran creyentes. El 12% se profesa ateo y el 17% se demuestra desinteresado. También la participación parece «importante». El 21% de los muchachos se acerca a los lugares de culto todas las semanas, el 50% alguna vez. Finalizada la adolescencia, la frecuencia aumenta pasando del 17,5% (16-19 años) al 24,6% (20-25 años). Solo el 8% admite de participar para hacer felices a sus padres y porque van otros de su edad.
Para aclarar la relación que las nuevas generaciones tienen con la religiosidad es necesario manifestar la importancia que, para ellos, tiene la expresión estética, el rol de las nuevas formas de interioridad emocional y los nuevos lenguajes de la socialización juvenil.
No se excluye que la tarea de la parroquia sea la oración, más que la socialización. Es evidente que para los adolescentes la fe cristiana es indisociable de la dimensión social y caritativa. Más de una tercera parte considera que la iglesia debe ser un punto de referencia para los necesitados.
Los adultos definen, en general, a los jóvenes como “desconectados”, en el momento que admiten se estar poco o nada interesados en la política (come si ellos la observaran), por la dificulta que encuentran en comprender la situación política de la nación. Una tercera parte de los encuestados afirma hablar frecuentemente de política con sus amigos, otro número leen los periódicos para informarse de lo que sucede en Italia y el mundo. Declaran no escuchar los debates políticos televisivos ni frecuente, ni ocasionalmente.
Los jóvenes se comprometen en asociaciones de voluntariado en un 12%, y un número igual participan de movimientos escolares o colectivos políticos; más del doble participan de asociaciones deportivas.
La investigación on line es la motivación más común para el uso de Internet. La red significa sobre todo social network (86%), chat (82%), filmaciones en You Tube (82%), pero también adquisiciones, videojuegos y, para leer los blog. La televisión permanece como un medio sólo utilizado, cuando se va en búsqueda de diversión. El juicio sobre la programación televisiva es más bien crítico: una quinta parte de los jóvenes la quisiera culturalmente más motivadora, encontrar menos vulgaridades y aprender algo más. Las muchachas se sienten más molestas por la vulgaridad televisiva, la violencia y las discusiones continuas en Tv.
Alguna orientación educativa
La cantidad de datos de esta investigación como cualquier otra puede ofrecer con seguridad estímulos y sugerencias importantes para el trabajo educativo y pastoral.
Afortunadamente la adolescencia y la juventud no son sólo una maraña de problemas y de imprevistos; permanece, todavía como edad extraordinaria, donde la gran parte de sus protagonistas transcurre sin dificultades, colocando las bases de la futura madurez.
Sobre todo la capacidad expresiva de las nuevas generaciones es una formidable “reserva de esperanza”, aún todavía, no suficientemente comprendida y valorada.
Los jóvenes colocan además una pregunta clara sobre las figuras de referencia, sobre todo de los padres de familia, firmes y sólidas, sobre las cuales poder contar y tomar como modelos. Es inimaginable una pastoral juvenil adecuada a las exigencias expresadas por los jóvenes , que no intente ayudar a salvar la base familiar y, no se traduzca en la promoción de un légame más profundo y estable por un compromiso social más sustancioso y concreto.
El Internet se coloca como un recurso comunicativo formidable pero también como una posible trampa. La comunicación virtual no puede sustituir el encuentro cara a cara en las calles y en las plazas. Es indispensable nuevos ágora reales, no solo por agregación sino por acciones.
Los Social Network están arriesgando en convertirse en los lugares de banalidad narcisista y de consumo sino expresan también opiniones, pensamientos y pasiones derivadas de acciones compartidas. Quien ama los jóvenes y apuesta sobre las sensibilidades de las nuevas generaciones, tiene hoy nuevas oportunidades. Quien invierte hoy en los jóvenes obtiene grandes resultados. Se necesita un poco de coraje.
A cargo de Domenico Cravero, sociólogo, Notas de Pastoral Juvenil, diciembre 2011, con el título simbólico “Los Arcos y las Flechas”.
Publicado el 29/02/2012