(ANS – Roma) – El pasado 30 de octubre, Mons. Enrico dal Covolo, SDB, Rector de la Pontificia Universidad Lateranense, introdujo los trabajos del II Encuentro de Animadores de la Pastoral Universitaria. Para la ocasión presentó algunos puntos de reflexión sobre el significado de la educación salesiana, útil para cualquier educador.

Mons. dal Covolo comenzó con algunas observaciones sobre los jóvenes, a través de las Jornadas Mundiales de la Juventud. "Más allá del éxito en términos de números, hay datos objetivos: adolescentes y jóvenes de todo el mundo, acompañados de sus educadores, se reúnen para escuchar los mensajes interpelantes, para acoger una visión antropológica inspirada por la razón en armonía con la fe del Evangelio: un gran reto, que exige sacrificio y dedicación".

A continuación, en referencia a serios estudios científicos, el prelado salesiano también tocó el problema opuesto: el sentimiento generalizado de desconfianza, el nihilismo presente entre muchos chicos; a este problema sin embargo, respondió recordando la segura esperanza que manifestaba ya Benedicto XVI en su carta enviada a la Diócesis de Roma sobre la tarea urgente de la educación: "¡No tengáis miedo! Todas estas dificultades, de hecho, no son insuperables. Son, por así decirlo, la otra cara de la moneda de aquel don grande y precioso que es nuestra libertad, con la responsabilidad que justamente la acompaña (...) A pesar de ello los más grandes valores del pasado no pueden simplemente ser heredados, pasan por nosotros y son renovados a través de una, a menudo dolorosa, elección personal".

Así, Mons. dal Covolo dio su aporte específico de educador salesiano, recordando el Sistema Preventivo de Don Bosco y en particular el pilar constituido por la razón: "El término razón señala, de acuerdo con la auténtica visión del humanismo cristiano, el valor de la persona, de la conciencia, de la naturaleza humana, de la cultura, del mundo del trabajo, de la vida social, es decir, de ese vasto conjunto de valores que se consideran el equipo necesario del hombre y su vida familiar, civil y política", dijo citando al beato Juan Pablo II. La tarea del educador, por lo tanto, es la de saber leer los signos de los tiempos con el fin de identificar los valores emergentes que atraen a los jóvenes.

Recordando el célebre lema de Don Bosco "buenos cristianos y honestos ciudadanos" Mons. dal Covolo luego recordó a los animadores pastorales aquella frase - que es también el objetivo del proceso educativo salesiano – que condensa la idea de formar las personas íntegramente desarrolladas, lo que los obispos italianos preguntan a las Universidades. Y luego sugirió seguir la metodología colaborativa de Don Bosco, que no tenía miedo de buscar seguidores y benefactores entre todos los actores de la sociedad civil.

Y por último, Mons. Dal Covolo propuso el ejemplo del Siervo de Dios Giorgio La Pira, conocido profesor universitario, como ejemplo de que la vocación a la santidad de un educador se vive en el educar alumnos santos.

Publicado el 06/11/2013