(ANS - Sherbrooke) - De 1 a 16 marzo 20 adolescentes canadienses que asisten al grupo Juventud Misionera Salesiana (JMS) de Sherbrooke realizaron una expedición a Santa Catarina, México, donde se reunieron con una treintena de otros chicos de su misma edad. La relación entre las diferentes experiencias de vida ha sido enriquecedora para todos.

Encabezando la expedición de jóvenes canadienses, la 20ª de este tipo, estuvo don Alain Léonard, salesiano, miembro de la comunidad de Sherbrooke y responsable y guía de las 19 ediciones anteriores. Durante las dos semanas de permanencia los muchachos de Sherebrooke compartieron sus días con los niños mexicanos acompañándolos en diversas actividades: excursiones culturales a los pueblos más característicos de la región, momentos de espiritualidad, juegos y trabajo manual, cómo trabajar la tierra para las plantaciones de diversos cultivos. La relación, así como el lenguaje, estuvo principalmente en los desafíos típicos de su edad.

"Esta experiencia, calificada como una etapa de cooperación internacional, recordó a los niños que para cambiar el mundo, primero deben cambiar ellos mismos. - Dijo don Leonard - De hecho, el reto consistía en alentar y apoyar, en lo cotidiano, al que recibió menos; en centrarse más en los demás que en sí mismos; en elegir lo esencial, en lugar de lo accesorio; en relativizar nuestros pequeños problemas personales y vivir en alegría, como nuestros amigos mexicanos, en pleno espíritu salesiano".

En las relaciones entre los niños de Canadá y México también hubo momentos intensos como cuando los jóvenes mexicanos hablaron sobre el problema de la droga en Chignahuapan.

Los chicos de Sherbrooke, que han aprendido mucho de esta experiencia, dijeron: "ha cambiado mi percepción del mundo: yo miraba el mundo a través de los lentes de ‘Norteamérica’, mientras que ahora es como si lo estuviera viendo a través de otros lentes, más abiertos"; "lo que me queda de este viaje es haber compartido una cierta pobreza. Había mucha ayuda recíproca entre las personas... todos compartían y las dificultades se superaban juntos".

Desde el punto de vista relacional los jóvenes canadienses han aprendido muchas cosas, "hemos desarrollado algunas buenas amistades, incluso sin una computadora o un teléfono móvil"; y también: "Este viaje me hizo sentir tanto amor; me han recordado que la felicidad es muy simple, basta con una sonrisa".

Publicado el 18/03/2013