(ANS – Madrid) – Algo más de 250 personas se reunieron ayer tarde en Salesianos Atocha para celebrar una acción de gracias por la JMJ. Todos ellos han estado trabajando y colaborando en las obras salesianas de Madrid para acoger a los miles de peregrinos del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) que participaron en los días de encuentro con el Papa.

Con este acto se ha querido poner el punto final a todo el operativo que salesianos y salesianas han desplegado para organizar la participación y acogida de los más de 7000 jóvenes del MJS que, desde 60 países, estuvieron presentes en Madrid para la JMJ de agosto.

En el teatro de Salesianos Atocha se proyectó un video y una selección de fotografías para recordar lo vivido en la semana de la JMJ. Además hubo un tiempo de evaluación para reflexionar sobre lo que más había llegado al corazón de todos los voluntarios, los recuerdos que se conservaban de aquéllos días y señalar lo que se podría haber hecho mejor, especialmente en la acogida de los jóvenes.

Las inspectoras salesianas de Madrid y León, y el inspector salesiano de Madrid, dieron las gracias a todos los voluntarios y colaboradores –animadores, jóvenes, miembros de la Familia Salesiana, educadores, salesianos, salesianas- que se implicaron en las diferentes tareas durante la JMJ. Además subrayaron la disponibilidad de todas las casas para la acogida y el trabajar con tantos jóvenes del MJS en una iniciativa de la Iglesia.

Tras este momento, en la capilla del colegio hubo un tiempo de oración para “dar gracias al auténtico responsable de todo lo acontecido en la JMJ, Jesucristo”, como explicó Rosendo Soler,  Delegado Nacional de Pastoral Juvenil. Algo significativo durante la oración fue escribir algún recuerdo o petición y colocarlo en la cruz que se utilizó en la vigilia de oración que el MJS celebró el 17 de agosto en el patio de Salesianos Atocha. Un gesto acompañado del compromiso, representado en una vela que cada uno encendía de un cirio, de continuar el impulso recibido durante la JMJ.

A lo largo de la tarde, en la puesta en común, en los testimonios que se escucharon y en el diálogo entre los participantes, flotaban algunas ideas que se repetían: todos eran conscientes de haber recibido más, por parte de los jóvenes que vinieron a Madrid, de lo que les habían dado; la satisfacción por el trabajo realizado; el buen ambiente creado en todas las casas salesianas; el espíritu de oración y profundidad y el excelente comportamiento que mostraron los jóvenes durante esos días; el orgullo de formar parte de la Familia Salesiana que, como tal familia, ha sido capaz de organizar un evento de estas características.

Publicado el 29/09/2011