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El misionero salesiano, padre Antonio Gutiérrez, define el pueblo de Kong como el pueblo de “un pozo en apuros”, que además de contar con la buena voluntad del dueño de la tierra ha contado con la disposición de los campesinos del lugar.
Reunido el misionero, con cinco grupos diferentes, que hacían petición de pozos, fue a visitar los lugares donde ellos querían construirlos. Sólo uno de ellos era imposible realizarlo en poco tiempo porque querían que fuese un pozo al lado de la casa y de agua para beber. Eso no es posible, pues un pozo de estas características lleva varias semanas de trabajo y los campesinos perderían la cosecha.
Cuando me di cuenta de su buena disposición, dice el misionero, yo mismo les dije que tenían una semana de plazo. El martes por la tarde se reunieron y el día miércoles comenzaron los trabajos en cuatro puntos diferentes, muy distantes uno del otro, y el jueves ya había dos pozos de riego en los que habían llegado el agua y en los otros dos salió el viernes.
Visitarlos en el trabajo, no es empresa fácil, pues están muy alejados. Sin embargo, la alegría de la gente al ver el agua es inmensa y vienen a agradecerme y yo los animo a seguir con el trabajo, dice el misionero.
Creo que es una experiencia muy satisfactoria para ellos al ver la efectividad del trabajo bien organizado y para mí una alegría ver que este año hemos llegado a cavar 24 pozos en la temporada seca. Además, ha permitido que las mujeres encuentren en su vida cotidiana mayor facilidad al tener agua cerca de la casa y poder realizar huertos en la estación seca, repite el misionero.
Publicado el 20/06/2011
