La Eucaristía, en la que participaron más de 800 personas, estuvo presidida por el Obispo Auxiliar de Viena, Mons. Helmut Krätzl, quien en su homilía recordó que todos los cristianos estamos llamados a ser conscientes de la propia vocación en la iglesia y a redescubrirla continuamente. Precisó, también, que la vocación tiene lugar con la ayuda del Espíritu Santo. El Obispo, recordando la figura de Don Bosco, se dirigió a los Salesianos y a las Hijas de María Auxiliadora aconsejándoles: "¡Estad siempre alegres con vuestra vocación! Sólo de esta forma podréis mostrar a los jóvenes lo que os hace felices. Las vocaciones en las congregaciones nacen solamente donde y cuando los jóvenes descubren el sentimiento de la fraternidad".

Por la tarde, los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano organizaron una fiesta que, con música, danzas, juegos y testimonios de fe, implicó a todos los peregrinos. "Todos estamos llamados por Dios a una vida de cristianos creyentes -dijeron los jóvenes- y con Don Bosco estamos enviados a los jóvenes para darles un ejemplo viviente de vida en la fe".

El Inspector de los Salesianos, don Franz Wöß, interviniendo en la clausura de la jornada, recordó a los adultos la tarea a ellos encomendada: Ayudar a los jóvenes a desarrollar su vocación en la vida. Don Wöß animó a los jóvenes, posteriormente, a hacerse preguntas concretas en su vida: "¿Qué buscas? "¿Qué voz sientes en tu corazón?"; "Acoge tu vocación"; "Muéstrate pronto a hablar de tu experiencia a quien que lo pida".

Publicado el 20/05/2008