(ANS – Hyderabad) – Los matrimonios forzados son uno de los obstáculos que impiden a muchas mujeres de todo el mundo el ejercicio efectivo de sus derechos. La Familia Salesiana trabaja para eliminar estas injusticias. A continuación proporcionamos el testimonio de una joven de la India rescatado por mediación de los salesianos.

Soy una chica de 22 años, de un pueblo de la India en Andhra Pradesh. Yo no te digo mi nombre porque mi familia me odia. Soy la más joven de ocho hermanos. Mi padre nos dejó cuando yo era muy pequeña. Mi madre tuvo que luchar para mantenernos trabajando en los campos.

Un día, las Hijas de María Auxiliadora han visitado mi pueblo. Ellas han sido una fuente de misericordia para mí. Me llevaron con ellas, y estudié hasta el 10° año. Luego, cuando llegué a casa, mi familia me pidió que dejara de estudiar y me casase de forma inmediata. Temían que, si hubiera estudiado más, me hubiera gustado un mejor esposo, lo que habría requerido una dote más alta que no podían permitirse.

Me negué a casarme tan joven, porque quería continuar mis estudios. Le rogué a mi madre y ella cambió de opinión. Pero mis hermanos amenazaron con no ayudarnos. Me golpeaban.

Decidí huir de esa situación a Vijayawada en la "Bala Navajeevan Bhavan", la obra salesiana para los niños en dificultad. El Director, el P. Thomas Koshy, fue la segunda fuente de misericordia para mí. Me llevó al Distrito al departamento para el “bienestar de los niños”, donde llamaron a mi familia e hicieron la promesa de que podía continuar mis estudios. Sin embargo, al volver a casa, se reanudó el maltrato, incluso de mis hermanas, que son todas jóvenes y casadas. Me dijeron que era una vergüenza para la familia que siguiese soltera a mi edad. Pensé en suicidarme. Mi madre no podía hacer nada, porque además de ser mujer, era una esposa abandonada por su marido.

Cuando volvieron a presentarme jóvenes para casarme, me escapé donde el P. Koshy. Me hizo estudiar Ciencias de la Computación e Ingeniería. Estudié con dedicación y me convertí en la mejor alumna de la clase. Mientras estudiaba allí, ninguno de mi familia vino a verme. Me sentía muerto. A pesar de todo lo que he sufrido, he perdonado.

He tenido varias razones por negarme a casarme. En primer lugar, quería estudiar. Yo me decía que era demasiado joven para ser una esposa y madre. Pero, sobre todo, porque me veía obligado y forzada a casarme. Esto no significa ser respetados. Esto no es respeto a los derechos de la mujer.

Publicado el 08/03/2016