(ANS – Roma) – “La vida misionera es muy hermosa. Es el desafío de vivir la vocación como la quería Don Bosco, mostrando una santidad alegre. Como misionero he crecido mucho en mi vocación; la haría por siempre”. Quien habla es don George Chalissery, desde los 25 años misionero en África, actualmente Superior de la Visitaduría de Zambia, Malawi, Zimbabwe y Namibia (ZMB).
Don Chalissery no es simplemente un misionero. Originario de la Inspectoría de Bangalore, en la India, a comienzos de los años ´90 llegaba al Este de África (AFE) trabajando en Kenia y en Tanzania, llegando a ser Inspector también de AFE, antes de asumir el liderazgo de la Visitaduría de ZMB.
Entre los rasgos más significativos de su gobierno en Kenia está el envío de la presencia misionera salesiana al exterminado campo de refugiados de Kakuma. Recuerda: “el Capítulo Inspectorial del 1998 decidió el inicio del trabajo con los refugiados que se escapaban del Sudán meridional para huir de la guerra y del enrolamiento forzado. Así, en 1999 empezamos nuestra presencia al interior del campo…Ha sido sin pensarlo una obra especial, porque teníamos tres escuelas profesionales y la parroquia dentro del campo, mientras que las otras agencias normalmente salían al final del día”.
Análogamente, fue él quien hizo renacer la presencia salesiana en el Sudán meridional, que ya había tenido actividad desde 1982 al 1986, pero que fue cortada con el rapto de don James Pulickal por parte del SPLA (Sudan People's Liberation Army – Ejército de liberación del Pueblo Sudanés). “Creían que obtendrían su rescate y lo tuvieron consigo durante 18 meses. Se lo llevaron hasta el límite con Etiopía, a casi 1.500 km. Ni siquiera sabíamos si estaba vivo. Finalmente fue liberado gracias a la intervención del Nuncio Apostólico en Etiopía, India y Sudán. Curiosamente ha sido él mismo a volver a abrir las obras salesianas en el Sudán meridional, casi 10 años después de aquellos sucesos.”
Hoy, en la Visitaduría ZMB, don Chalissery se ocupa de acompañar el florecimiento del carisma salesiano. “ya que hay muchos jóvenes en estos países; por desgracia no podemos acoger todas las peticiones”, nos dice. La espiritualidad de Don Bosco se extiende sobre todo a través de las numerosas parroquias y centros juveniles, también si se cuentan dos escuelas profesionales y tres escuelas secundarias. Así es como florecen muchas vocaciones, consagradas o no: son casi 60 los Salesianos actualmente en formación; y “para el Bicentenario han emitido su promesa 93 Salesianos Cooperadores, que a lo largo de no muchos años han pasado a tener de 4 a 8 centros locales”.
Con todo, no nos faltan desafíos: los mayores problemas son la desocupación de los jóvenes, los estilos de vida superficiales, la escasa autoestima de tantos jóvenes y a veces su escapada a lo virtual…y también a nivel familiar se aprecian muchas necesidades, con tantas familias desestructuradas.”
Por eso, a sus Salesianos don Chalissery les pide que sean testimonios creíbles para sus jóvenes, y exige atención sobre algunos puntos remarcados por el Capítulo General 27: “reforzar la vida comunitaria, cuidar la transparencia económica y estar llenos de celo por Dios y por los jóvenes”.
Publicado el 9/10/2015
