(ANS -Monrovia) - El 27 de julio Liberia celebró el 168 aniversario de su independencia. Durante el discurso de apertura, el Embajador Charles A. Minor, ha puesto de relieve la pobreza que afrontan sus compatriotas liberianos, agravada además por la epidemia de Ébola. El padre Nicolás Ciarapica,  en ese contexto expresó, que  la voluntad de los salesianos es arremangarse las mangas  para estar en el ámbito de la formación de los jóvenes.

Según el embajador Minor, un número muy grande de liberianos  sobreviven en los márgenes de la sociedad, y aún existe hambre. El costo de vida es cada vez mayor y las familias están luchando para satisfacer sus necesidades básicas. Somos testigos, dijo, que las mujeres jóvenes optan por convertirse en trabajadoras sexuales, aquí como en el extranjero, como un medio para ganarse la vida; mientras que el desempleo es sigue creciendo.

El diplomático liberiano recalcó que atención de la salud y una buena educación son los retos más importantes. Una vivienda digna, la electricidad y el agua potable todavía son insuficientes. El contagio del mortal virus del Ébola (EVD) se ha agravado aún más en los niveles donde es más fuerte la pobreza, la ignorancia, y  la falta de medios.

Como respuesta a esta realidad presentada por el diplomático, la decisión de los Salesianos, dice el padre Nicola Ciarapica, director y ecónomo del Centro  Don Bosco en Monrovia, es arremangarse las camisas y estar presente sobre todo en el ámbito de la formación de los jóvenes, fomentar, promover y apoyar la educación escolar, el humana, espiritual, moral y desarrollo de la calidad técnica, con el fin de preparar a las nuevas generaciones para enfrentar la situación de la post-Ébola en Liberia.