ANS – Monrovia) – “Es como respirar aire puro y fresco y vivir, por fin, sin miedo”, dicen los Salesianos de los Centros “Don Bosco-Sean Devereux” y “St. Joseph-8th Street” de Monrovia para describir la Liberia que, después de la pesadilla del Ébola, se está poniendo en pie lentamente.
Se ha afrontado el Ébola y lo hemos afrontado con dignidad y cariño. Se ha dado testimonio del coraje de tantos jóvenes de los dos centros salesianos en Monrovia en su lucha contra la infección, a través de la información, la prevención, la distribución de material higiénico-sanitario y de alimentación. “Ha sido un gran motivo de esperanza”, afirman los Salesianos.
A todo lo sucedido en un pasado reciente se le puede mirar ahora de manera muy diferente, dicen los religiosos que “ya no hay aquel miedo de estar infectado de una enfermedad incurable, de necesitar un hospital y no encontrarlo abierto, de tener que prestar auxilio a un amigo o pariente infectado, de sentirse secuestrado por un grupo de asalto y transferido a una habitación de aislamiento, de verte muerto e incinerado en lugar de tener una honrada sepultura”.
El final de la emergencia nacional, decretada hace un mes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), después de más de 4.600 muertos, se presenta ahora como el comienzo de una convalecencia, con el signo de la esperanza. Los comercios están abriendo de nuevo, el movimiento de personas y comercio están volviendo a la normalidad, las escuelas han reemprendido las clases y el gobierno y las instituciones internacionales trabajan para que clínicas y hospitales vuelvan a funcionar a pleno rendimiento.
Las cautelas son muchas, partiendo de la obligación de lavarse las manos con frecuencia con agua clorada y de desinfectar los lugares públicos. Las chicas menores, encinta o ya madres, forman el grupo social más necesitado de ayuda en edades de 15 – 18 años. Otra categoría de riesgo son los huérfanos: más de 3.000, según UNICEF, los que se encuentran en esta situación a causa del virus. Emergencias que se añaden a muchas otras situaciones de necesidad.
Por precaución se han preparado 400 puestos de cama; entre tanto, algunos de estos se usan como clínicas a disposición de los liberianos. “Durante el tiempo del contagio del Ébola escribía que era el tiempo de la purificación de nuestra fe, ahora es el momento de dar razón de nuestra esperanza”, dice don Nicola Ciarapica, SDB.
Los Salesianos se han comprometido en proyectos de ayuda a 1.200 niños y niñas para evitar que “se queden en la calle”. Con la solidaridad de los bienhechores se ayuda a las familias en dificultad a pagar las tasas y comprar los libros para sus hijos: este año se han logrado 253 becas de ayuda.
Publicado el 11/06/2015