(ANS – Damasco) – Aunque en los últimos años se ha avanzado considerablemente en la actitud hacia la educación de los menores y ha habido un aumento en la matrícula escolar, la violencia y la inestabilidad en Medio Oriente y el Norte de África impiden a muchos niños recibir educación.
Por ejemplo, según un informe conjunto publicado por la UNICEF y la UNESCO, hay 2,6 millones de niños sirios que no están en la escuela, sea en patria, o en países vecinos donde los están los refugiados.
Al interno de Siria, los Salesianos continúan cuidando a los jóvenes y sus familias a través de tres centros, cada uno animado por tres sacerdotes y un diácono. Activos desde antes de la guerra, ofrecen lecciones y cursos de formación, espacios de encuentro y desarrollo social y actividades deportivas, así como la asesoría postraumática, refugio de emergencia, alimentos y atención médica a las personas que lo necesitan.
"Llevamos adelante regularmente nuestras actividades y todos los viernes cerca de 300 niños y niñas, de la escuela primaria hasta la secundaria, asisten a nuestras clases", dice el padre Munir El Rai, Inspector de los Salesianos de Medio Oriente. "El número de jóvenes que asisten a las obras salesianas en Siria es cada vez mayor. Una de las razones es la relativa seguridad de nuestro centro juvenil, en comparación con otros centros juveniles parroquiales".
A pesar de la continua violencia, los centros salesianos continúan respondiendo a las necesidades de sus comunidades, incluso a través de la ayuda económica y becas para ayudar a los jóvenes a continuar su educación.
Los salesianos acompañan a los refugiados sirios en Turquía, Líbano y Egipto desde principios de 2012, y asisten a diario entre 400 y 800 refugiados, muchos de los cuales son mujeres y niños. En estos campos de refugiados Salesianos proporcionan ayuda de emergencia para satisfacer las necesidades básicas y la formación técnica de los refugiados, con el fin de ayudarles a encontrar un trabajo estable en sus nuevos países de acogida.
"Los salesianos están particularmente enfocados en proporcionar servicios de asistencia a los refugiados en las ciudades - explica Neill Holland, responsable de los Programas Internacionales de la Procura Misionera de New Rochelle - que son particularmente vulnerables a la inseguridad económica, al desempleo de larga duración y al costo elevado de los bienes de primera necesidad, como la vivienda y la alimentación. Y que a menudo son muy vulnerables a ser explotados o involucrados en situaciones comprometedoras si tratan de hacer negocios en el país anfitrión para sostener a los familiares a cargo".
Publicado el 22/04/2015