(ANS – Barcelona) – El atardecer del miércoles 25 de febrero de 2015 tuvo lugar un espectáculo insólito y sorprendente en la cumbre del Tibidabo. La imagen del Templo del Sagrado Corazón de Jesús reemplazó su luminosidad habitual a esas horas del atardecer por una sinfonía de imágenes y colores. La escena llenó de admiración a los asistentes, medios de comunicación e invitados que asistieron a la presentación de este espectáculo luminoso en el interior del Templo y luego en la terraza y la plaza.

Por el P. Nicolás Echave, SDB

Inició el acto el Rector del Templo dando la bienvenida y agradeciendo haber sido este monumento elegido por el artista y su patrocinador Swiss Air en la ciudad y enmarcando el acontecimiento en los actos de celebración del bicentenario del nacimiento de Don Bosco.

Tomaron luego la palabra José Luís López, Director General de Swiss destacando el honor que representa para su compañía contar con la colaboración de tan extraordinario artista y concluyó el propio Gerry Hofstetter recordando las distintas ciudades y representaciones que, a lo largo de estos años, ha ido ofreciendo por todo el  mundo.

“El arte de la atención”

El artista suizo Gerry Hofstetter es el protagonista de esta iniciativa. Ha puesto en  marcha lo que él llama "El arte de la atención". Su objetivo es concienciar a la sociedad, a través de los medios de comunicación, sobre la importancia de prestar atención a las personas y al espacio que nos rodea en un mundo cada vez más veloz y tecnológico. Para ello ha realizado una serie de obras lumínicas en Londres, Hamburgo, Viena, París, Milán y hoy también en Barcelona, en iconos arquitectónicos con gran valor simbólico para comunicar el mensaje.

La obra – en el Tibidabo – ha consistido en una proyección en el interior y en la fachada del templo, de la que han sido testigos los principales medios de comunicación. Desde el inicio ha contado con el apoyo de Swiss International Air Lines y de la agencia alemana Achtung! GmbH responsable del concepto creativo.

El punto de partida

El Observatorio de Greenwich en Londres fue el punto de arranque para la iniciativa. Este lugar, Patrimonio de la Humanidad desde 1997, ha jugado un papel muy importante en la Historia de la astronomía y la navegación, y constituye el símbolo perfecto para el movimiento. Hofstetter eligió su fachada para proyectar innumerables ojos que podían contemplarse desde una gran distancia. Los ojos representan el contacto visual entre personas y pretenden promover la atención hacia los demás y hacia el entorno que nos rodea.

La luz, la primera criatura que surgió de las manos del Creador, constituye también una llamada permanente para fijar nuestra atención en quien ha querido definirse como Luz del Mundo (Juan 8, 12) y, en su proyección desde el Templo, recuerda la permanente actitud de acogida que desde la santa montaña ofrece a todo hombre.

Publicado el 03/03/2015