(ANS – Roma) – "En Damasco somos mimados. La electricidad falta 6 horas al día, el combustible se termina tal vez en una semana, la harina tal vez para dos o tres, pero luego hay de nuevo... Esto significa tener suerte, porque en otras partes es peor, en Alepo son 2-3 meses que no tienen agua y electricidad". Es la condición de Siria, contada por un testigo directo.

Por Gian Francesco Romano

Nuestra fuente informa que después de 3 años y medio la situación "objetivamente, es un poco 'peor que antes, pero la experiencia subjetiva de la gente es más serena, porque la vida tiene que continuar". En la práctica, elhabituarse a lo peor hace perecer las cosas mejor: "si hace tres años sedisparaban 2 o 3 golpes de mortero se cerraban las escuelas por unos días y no se hablaba de otra cosa; ahora incluso pueden caer 20 bombas al día, pero esnecesario seguir adelante...".

El miedo a la muerte se cierne sobre toda la población, en una ciudad donde todos han perdido al menos un ser querido. Pero para los hombres jóvenes el momento crítico es la llamada al servicio militar. "Entrar en el ejército significa tener algo así como un 60% de posibilidades de morir, ademáspor supuesto, de tener una vida terrible. Luego, recientemente se hizo una nueva ley para un nuevo llamado de los reservistas; y desde el inicio de la guerra no existe la posibilidad de licencia. Crece así eldeseo de huir, por parte de muchos jóvenes y sus familias. Pero no es sencillo, ya que quien podía escapar ya lo ha hecho y los que quedan son quienes  no tenían la posibilidad".

Todo esto también afecta a la vecina Líbano. "Es la única vía para salir: en Turquía y Jordania no se puede, en Irak es peor... pero el Líbano cuenta con 4 millones de habitantes, ¿cómo puede acoger a más de 1 millón de refugiados?".

El compromiso de los salesianos es dar esperanza a los jóvenes. "Desde el estallido de la guerra la población que asiste a nuestra obra ha cambiado mucho: antes teníamos alrededor de 250 niños. Ahora es más riesgoso frecuentarnos, por lo que son en su mayoría chicos y chicas universitarios, unos 500 en total, todos cristianos".

Existen varios niveles en que se agrupan: "para todos hacemos catecismo, organizamos cursos de deportes, teatro, música, diseño...; luego, hay cerca de 120 chicos que quieren comprometerse más, a través del Movimiento Juvenil Salesiano y otras organizaciones; ellos son los que impulsan los diversos cursos y dan lugar a una serie de iniciativas, como un torneo de fútbol entre las parroquias cristianas o un musical inspirado en los 5 mártires salesianos de Poznan, que nos ha ayudado a reflexionar sobre la manera de vivir cristiana y salesianamente en tiempo de guerra; cerca de 15 Por último, son parte de un proceso de acompañamiento y discernimiento individual".

No es fácil cultivar la esperanza entodos los jóvenes; pero, como quería Don Bosco, la solución pasa por los mismos chicos: "Aquí todos han tenido una crisis de fe, pero que finalmente ha abierto sus corazones a Dios ha sufrido como una purificación y ahora tiene una gran fe. Y con quienes han pasado todo este proceso, se puede hacer mucho".

Publicado el 21/11/2014