(ANS – Roma) – “El mundo que hemos preparado para las nuevas generaciones destroza su derecho a la felicidad. (…) Creo que si Don Bosco todavía estuviera entre nosotros nos diría: ‘Es tiempo de recetas; diagnósticos tenemos bastantes’”. Son algunas de las consideraciones ofrecidas por Mons. Enrico dal Covolo, SDB, Rector de la Pontificia Universidad Lateranense, en una entrevista publicada días atrás en el sito Vatican Insider. Rescatamos algunos apartes.
¿Qué significa ser un educador salesiano?
Usted sabe lo que sucede todos los días en las redes sociales, que yo también frecuento… Una multitud de jóvenes hambrientos de conocimiento, de un “me gusta”, muchas veces dispuestos a todo para ser “vistos” y “compartidos”. (...) En este contexto, ¿quiénes son los educadores salesianos? Una persona animada por una “simpatía incondicional” por los jóvenes, antes y más allá de cada cualidad o prestación: «Basta que sean jóvenes para que los ame tanto», decía Don Bosco, es decir un “me gusta” siempre y a pesar de todo.
Además del “sentimiento”, el educador salesiano no descuida la dimensión racional. No es suficiente con amar, es necesario asumir con seriedad los desafíos de la condición juvenil. El amor debe traducirse en proyectos concretos y de amplio respiro para la promoción integral de los jóvenes.
¿Por qué celebrar el bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco? ¿Qué significa el fundador de los Salesianos para los hombres y mujeres, y, sobre todo, para los jóvenes del tercer milenio?
El mundo que hemos preparado para las nuevas generaciones destroza su derecho a la felicidad. (…) ¿Usted sabía que en Europa el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes y es la primera entre los jóvenes? El punto es que faltan las recetas, todos sabemos hacer diagnósticos, pero, si veo dentro y fuera de la Iglesia, faltan las llamadas “exit strategies”. Y es aquí donde entra Don Bosco (de quien celebramos el bicentenario), que fue un verdadero emprendedor de Dios por el bien de los jóvenes. En él, el análisis atento de la condición juvenil y la formulación de soluciones concretas representaron una mezcla explosiva y benéfica. Creo que si Don Bosco todavía estuviera entre nosotros nos diría: ‘Es tiempo de recetas; diagnósticos tenemos bastantes’.
Publicado el 08/12/2014