(ANS – Tijuana) – Desde hace cinco años, el Programa de Voluntariado Salesiano de la Inspectoría de los Estados Unidos Oeste (SUO) organiza un retiro vocacional para los jóvenes en Tijuana, México. Este año, la iniciativa ha tenido algo diferente, ya que los participantes fueron invitados a pasar el Año Nuevo con los inmigrantes deportados de los Estados Unidos.

En Tijuana los salesianos animan un centro donde ofrecen el desayuno y un refugio para personas sin hogar y a los que han sido repatriados y que viven en la calle. El centro proporciona comida, ropa, un lugar para quedarse y apoyo espiritual para ayudar a sus huéspedes a salir de la condición en que se encuentran.

En la iniciativa Misionero de Año Nuevo participaron cuatro jóvenes. Salieron a las 6:00 am. del 31 de diciembre y a las 7:00 am. asistieron a una misa en Tijuana, junto con otros voluntarios del centro salesiano. Poco después, empezaron a servir el desayuno a las personas sin hogar, actividad que los ha mantenido ocupados hasta media mañana. En esta etapa han atendido a más de 1.200 personas, dándoles la bienvenida en la puerta, rezando con ellos, sirviendo comidas y bebidas, limpiando las mesas e iniciando a prepararse para el día siguiente.

Transcurrida la tarde, a las 8:00 pm. los jóvenes se han unido a otros voluntarios del centro con el fin de llevar una comida caliente a cientos de personas sin hogar que viven a lo largo del del río. Los jóvenes estadounidenses tenían un poco de miedo al estar en esa zona de noche, pero luego se dieron cuenta de que se trataba de las mismas personas de la mañana.

Alrededor de las 10:00 pm. los jóvenes y los voluntarios regresaron al refugio salesiano para esperar el inicio del 2014 junto con un grupo de personas sin techo y deportados. Aunque la sede del centro estaba decorado con gusto, repatriados y sin techo no mostraban ninguna esperanza, ni optimismo hacia la venida del nuevo año. Uno de ellos, sin embargo, ha expresado a don Ernesto Hernández, SDB, su propósito para el año nuevo: ser capaz de recuperar la relación con su familia. Don Hernández le animó en este propósito, recordándole que para transformarlo en realidad tendrá que superar la adicción a las drogas.

A las 10:30 pm. se inició un período de confrontación, con una dinámica para romper el hielo, una meditación y el intercambio por parte de cada uno de sus deseos y sueños para el 2014: y finalmente, después de la cuenta regresiva para la medianoche, se dio la bienvenida al nuevo año como una familia unida y terminaron el día jugando juntos al Bingo.

En la mañana del 1 de enero los jóvenes manifestaron haber sido tocados por esta experiencia y de haber podido reconocer a Dios en el otro.

Publicado el 16/01/2014