(ANS – Roma) – Publicamos hoy la segunda parte de la entrevista al Consejero para las Misiones Salesianas, don Václav Klement, sobre su reciente visita a los países del del Asia Este.

Entre las misiones más difíciles del mundo se tiene la Iglesia de la diáspora en Taiwan. ¿Cuáles son las dificultades y cuáles son las esperanzas de la presencia salesiana?
Sin duda, la Iglesia en Taiwán es una de las más jóvenes en Asia, han pasado solo 150 años de la primera evangelización de la isla. La Iglesia católica ni siquiera llega al 0,5% de la población, la mayoría de los católicos viven en las montañas, en las zonas tribales, y el clero nativo es limitado - muchos sacerdotes, religiosos y religiosas de hecho, han venido de China o del extranjero. Una humilde contribución salesiana consiste en tres presencias en la isla: la parroquia de la capital Taipei, la escuela técnica secundaria en Tainan, y la Ciudad de los Niños en Chao Chou, en la diócesis de Kaohsiung. En 50 años de actividad hemos tenido solo seis vocaciones salesianas, y en la actualidad hay un sacerdote joven, un estudiante de teología, y sobre todo un primer salesiano aborigen neoprofeso (2013).

La Familia Salesiana - que consta de los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora, los Salesianos Cooperadores y la Asociación de María Auxiliadora - es pequeña, pero muy unida y el próximo Congreso Inspectorial de los Salesianos Cooperadores se llevará a cabo en Taiwán, los miembros de Hong Kong y Macao se destinarán específicamente para animar la presencia local. Don Bosco sin embargo, también es conocido gracias a nuestro antiguo alumno, Mons. Bosco Lin Chi-nan, obispo de Tainan, y por nuestra contribución a la pastoral de los emigrantes en la misma diócesis. Hay muchos signos de esperanza, pero estamos en un terreno difícil, donde hay que sembrar, no cansarse de trabajar y siempre orar.

¿Qué nuevas fronteras identificó en su visita a la Inspectoría de China?
Responder siempre con el nuevo impulso a los retos de la sociedad y de los jóvenes en Hong Kong, Taiwán y Macao no es fácil, los cambios culturales y económicos son muy rápidos. Vi un nuevo oratorio en la isla de Cheng Chau, Hong Kong, dirigido por un salesiano coadjutor con los Salesianos Cooperadores y un internado reabierto después de 40 años en la Escuela Técnica de Aberdeen, siempre en Hong Kong, y el gran compromiso de los Salesianos Cooperadores por la evangelización en las parroquias y las escuelas.

Aunque la media de edad es muy avanzada y el número de miembros cae, la Inspectoría de China logra regenerarse gracias a las energías espirituales y carismáticas.

Publicado el 08/11/2013