(ANS – Roma) – En el curso de los trabajos de la Comisión Precapitular, los coordinadores de las diferentes regiones salesianas compartieron algunas reflexiones sobre la realidad de la Congregación en vista del Capítulo. Reportamos hoy una primera reseña de las consideraciones que ilustran el estado del arte en las tres regiones salesianas de Europa, con las intervenciones de don Stefano Martoglio (Italia Medio Oriente), Don Luis Onrubia (Europa Oeste) y don Marek Chmielewski (Europa Norte). En las próximas semanas, se presentarán las otras intervenciones.

Las tres regiones europeas representan la cuna de la cual el carisma salesiano se extendió por los cinco continentes. En total en estas regiones - que incluyen, además del Viejo Continente, también el Medio Oriente y las presencias salesianas en el Norte de África - hay más de 600 obras erigidas, un poco menos de 6.000 salesianos profesos y unos sesenta novicios.

¿Cuál es el estado de la Congregación en las tres Regiones Europeas frente a los jóvenes, la sociedad y la Iglesia?

Don Martoglio: estamos en un momento de reflexión y evolución. Las preguntas que nos hacemos implican nuestra vocación, la colaboración con los laicos y el uso de nuestras obras. Estos son desafíos que tratamos de resolver en la fidelidad a las características típicas salesianas: el oratorio, la educación en las escuelas, la atención a los pobres... y con una presencia salesiana todavía numerosa, pero con una media de edad elevada. En la actualidad, mucho más a menudo que antes, trabajamos en colaboración con las diócesis y la Familia Salesiana.

Don Chmielewski: Europa Norte es una realidad compleja. Se compone de tres zonas: la atlántica, la polaca - ahora incluso con la Ucrania bizantina - y la llamada CIMEC, con los territorios balcánicos, República Checa, Eslovaquia... Así que hay complejidad cultural e incluso ritual. El rasgo común es la fidelidad a Dios y al carisma salesiano. En las relaciones con la sociedad hay una especie de ambivalencia: por un lado, sentir el flujo de la corriente secularizada, a veces incluso de algunas leyes que, aunque respetamos, tratamos de contrastar a nivel cultural; y por otro lado, a menudo tenemos una buena relación con algunas instituciones para la colaboración en proyectos sociales, programas... También en las relaciones con la Iglesia hay diferencias: en el norte de Europa, estamos muy bien insertos, mientras que en Polonia, por ejemplo, la colaboración es aún poca.

Don Onrubia: tratamos de continuar con el legado recibido, nuestro carisma centenario, en la sociedad secularizada, con menos salesianos y con una edad media alta... pero lo hacemos con esperanza, en los oratorios, en las escuelas, en los centros juveniles, donde el nombre de Don Bosco es conocido y apreciado, ya sea por la gente o por la Iglesia. Y sí, la disminución de las vocaciones nos hace pensar, y está dando lugar a una mayor y mejor formación de los laicos, para el acompañamiento de las familias y también de salesianos más convencidos y conscientes.

Publicado el 25/10/2013