(ANS - Goma) - El pasado 24 de abril, con motivo de una visita a la República Democrática del Congo, el sr. Peter Maurer, Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), quiso visitar el centro Don Bosco de Goma Ngangi. A él estuvo dirigida una apelación en nombre de los niños y los jóvenes de Goma.

La obra salesiana tiene una larga tradición de cooperación con el CICR, en particular en el ámbito de la acogida entre los niños víctimas de la violencia y los no acompañados en espera de la reunificación familiar.

El sr. Maurer fue recibido por más de 3.000 niños de la escuela primaria y guardería  del centro. Bienvenu, un estudiante de sexto año, en nombre de sus compañeros, dijo:

Hemos aprendido en clase que la Cruz Roja fue fundada para ayudar a los heridos en la guerra. El Centro Don Bosco hoy alberga los niños heridos por la vida: que han perdido a sus padres, que tuvieron que abandonar su país a causa de la guerra, que no han tenido la oportunidad de ir a la escuela o recibir medicamentos para curar sus enfermedades. El Centro Don Bosco nos ha acogido y la Cruz Roja - que ha acompañado a muchos de nosotros aquí - sigue ayudándonos: apoya nuestras necesidades, proporciona medicamentos y realiza búsquedas para aquellos que han perdido contacto con la familia.
Aprovechamos su visita para dejarle una pregunta que puede transmitir a los líderes de todos los países del mundo, allí dónde está la Cruz Roja. ¿Puede pedirles, en nombre de los hijos de Goma, que intervengan en las Naciones Unidas para poner fin a la guerra y a la inseguridad en nuestra región? Queremos que todos los niños puedan ir a la escuela sin ser secuestrados por los grupos armados, que nuestras madres y hermanas puedan ir al campo sin ser violadas, que todos los refugiados de  guerra puedan regresar a sus pueblos, y que todos sean capaces de encontrar trabajo. Hay tantas cosas por hacer aquí: usted ha visto nuestras calles, las casas. Si no hubiera más guerra, el dinero gastado en armas podría ser utilizado para hacer nuestra ciudad más bella, y tener una casa con agua y electricidad, calles pavimentadas, escuelas menos costosas para niños y niñas ... ¿Pedimos demasiado? Estamos seguros de que usted comprende lo que queremos decir: ayúdenos a sanar nuestras heridas, ayúdenos también para que dejen de herirnos.

El sr. Maurer quedó impresionado por esta petición y prometió repetirla a los organismos internacionales. Animó a los niños a preparar bien su futuro, para ser constructores de la paz en su país. Agradeció luego calurosamente a la comunidad salesiana,  a los miembros del Voluntariado Internacional para el Desarrollo (VIS) y a todo el personal del Centro, y aseguró que la cooperación entre el CICR y el Centro Don Bosco será mantenida y reforzada. Luego visitó el centro y qusio hablar con dos niños y dos niñas, víctimas de la guerra, para tener un testimonio directo de los sufrimientos a los que están expuestos los niños.

"La violencia y el sufrimiento infligido a la población de la parte oriental de la República Democrática del Congo ha alcanzado niveles pocas veces vistos en las últimas dos décadas ... - dijo el sr. Maurer – En el olvido casi total, las poblaciones son objeto de abuso cotidiano. Los civiles son el blanco de ataques directos, que no escatiman ni a los niños ni a los ancianos, y muchas personas sufren la violencia sexual ... Las graves violaciónes del Derecho Internacional Humanitario contra la población deben cesar. Es la responsabilidad de todos los actores influyentes trabajar cuanto antes por un mayor respeto del Derecho Internacional Humanitario".

Publicado el 13/05/2013