(ANS – Quito) – En la madrugada del domingo 10 de febrero, muere en Quito el padre Fernando Peraza Leal, estudioso, conocedor y apasionado por Don Bosco, y quien contribuyó con sus escritos y su presencia al fortalecimiento del Centro de Formación Permanente. Por voluntad expresa suya, sus cenizas reposarán en Agua de Dios, Colombia junto al Beato Luis Variara y el padre José Mármol.
En comunicación del padre inspector, don Marcelo Farfán, informa al Rector Mayor de la muerte del padre Peraza y lo que significó para la Región Interamérica: “Como usted conoce el padre Fernando ha significado para muchos hermanos salesianos, salesianas, miembros de los grupos de la Familia Salesiana, jóvenes, seglares y, especialmente, para las Hijas de los Sagrados Corazones un padre espiritual, una guía segura y un referente salesiano. De manera especialísima fue un salesiano que conoció y amó profundamente a Don Bosco y que tuvo la intuición de transformar ese amor en propuesta formativa para los salesianos de América a través de la fundación y animación del Centro Salesiano de Formación Permanente”.
En su respuesta el Rector Mayor escribe desde Guadalajara, México, donde se encuentra participando en el 50 aniversario de la erección de MEG. Y dice: “Me ha despertado el domingo con un anuncio 'pascual' anunciando la muerte y resurrección del queridísimo padre Fernando Peraza. El Señor, al que el padre Fernando consagró totalmente su vida y a quien sirvió con la alegría, el entusiasmo, la devoción, y la convicción que lo caracterizaron, lo hace hoy partícipe de la Gloria de su Resurrección. Hoy es un día de gloria para la Congregación, que ofrece al Padre en el Hijo por el Espíritu una ofrenda agradable y madura, hecha de santidad salesiana. Es verdad que la Congregación se siente también entristecida en el corazón por la partida del querido padre Fernando de entre nosotros y por lo que significa humanamente su pérdida para todos, en particular para el Centro Salesiano Regional, por él fundado, pero al mismo tiempo nos deja una herencia muy preciosa: el testimonio de una vida íntegra dedicada plenamente y con inmensa generosidad, y no pocos sacrificios, a estudiar con mente de estudioso y con corazón de hijo a Don Bosco para hacerlo conocer y amar”.
El padre Fernando Peraza Leal nació el 21 de octubre de 1927 en Tunja, Boyacá (Colombia). Realizó su noviciado, su primera profesión y su profesión perpetua en USAQUÉN, Colombia, respectivamente entre 1946 y 1949. Ordenado sacerdote en Roma el 7 de diciembre de 1954. Es transferido de la inspectoría Colombia-Bogotá (COB) a la inspectoría de Ecuador (ECU) el 23 de septiembre de 1974, después de haber sido inspector de COB desde 1968. Entre 1985 y 1997 fue encargado de la Formación Permanente Pacifico-Caribe en ECU. Entre 1997 y 2002 Animador del Centro Regional de Formación Permanente (ECU). Y El 23 de julio de 2010, la Universidad Don Bosco, San Salvador, de la República de El Salvador, concede a don Fernando Peraza el Doctorado "Honoris Causa" en Letras.
Sus restos mortales serán velados en el Centro Regional. El 11 de febrero se celebrará la Eucaristía de cuerpo presente en la iglesia de María Auxiliadora del Girón. Por voluntad expresa del padre Peraza, sus restos serán cremados y enviados a Agua de Dios, Colombia para que reposen junto a los del Beato Luis Variara y del padre José Mármol. Al respecto, el Rector Mayor añade: “De modo especial, su amor de predilección por el Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones, lo llevó a entregarse a su servicio en forma tal que aseguró al Instituto la fidelidad al carisma y a su misión. Por tal razón me parece justo y significativo su deseo de ser sepultado en Agua de Dios”.
Y concluye el Rector Mayor: “Desde México me uno a la acción de gracias y a la alabanza al Señor por el don preciosísimo del padre Fernando Peraza, pidiendo al Señor nos siga dando salesianos de su talla. Para ti, querido padre Marcelo, y para toda la Inspectoría de Ecuador a la que actualmente pertenecía y a la de Colombia Bogotá, su inspectoría de origen, mi más profundo sentido de pésame y mi comunión en la oración”.
Publicado el 11/02/2013
