(ANS - Khartoum) - En el 2012, la ONG salesiana "Voluntariado Internacional para el Desarrollo" (VIS) puso en marcha en Khartoum un proyecto para manutención de menores del campo de refugiados de Mayo, cofinanciado junto con la Asociación Cerveteri Solidale Onlus y la UNICEF. En los últimos días de enero Gabriele Buracchi, un voluntario del VIS, pasó una completa y significativa jornada.

El proyecto del VIS - “Child Friendly Learning Space for Retournee Children of Mayo” – se ocupó de asegurar la educación de cerca de 600 niños, refugiados del sur de Sudán u originarios de las zonas afectadas por los combates entre el nuevo Estado y el gobierno de Khartoum.

"Si quisiéramos evaluar el día transcurrido - dijo el sr. Buracchi - podríamos decir que fue un día constructivo, o un día regular, o que todavía queda mucho por hacer. Aquí en Khartoum a veces trascurren días en los cuales fluyen todos estos estados de ánimo, como ha ocurrido hoy".

"Hoy en Mayo fue un día constructivo - dice el voluntario -, a nuestra llegada, las escuelas estaban llenas de niños de 6 a 14 años, a la espera de poner en práctica las bromas aprendidas para acoger a los visitantes. Un ambiente juvenil, entre canciones locales e himnos nacionales de Sudán y del Sur de Sudán, una buena prueba de integración y de respeto de las dos macro-comunidades presentes en este país. Los estudiantes estaban todos allí, y cuando se les preguntó lo que querían hacer de mayores, una gran cantidad de manos alzadas, temblando, esperando para poder expresar su deseo. Al final hubo un atronador aplauso, salpicado de carcajadas".

"Hoy para Mayo ha sido un día así así. - considera el voluntario – los estudiantes corren para el desayuno: un plato de lentejas y una hogaza de pan, que se encuentra adjudicado en el centro de los grupos de 5 niños, creados de forma espontánea. Un profesor me explica la verdadera razón de la comida compartida: esos son los únicos platos disponibles para todos los niños. Las clases comen dos a la vez, porque de lo contrario no habría platos dónde comer. Y la falta de libros se reemplaza con habilidad y fantasía: han creado libretas de notas, dividiendo en dos los cuadernos disponibles y sosteniendo las páginas entre sí por un trozo de adhesivo en la base".

"Pero del día de hoy me di cuenta también que todavía hay mucho por hacer: un total de 17 clases, de las cuales 5 son de mampostería, 7 construidas de barro y paja, y las restantes se derrumbaron por la falta de fondos necesarios para la restauración al final de la temporada de lluvias. La misma suerte para los baños, algunos derruidos y otros derrumbados bajo la intemperie".

Concluye el sr. Buracchi: "Al final de un día así nos encontramos en una encrucijada. Por un lado, el camino de desmotivación y el otro el de la motivación. Tengo que decir que he descartado inmediatamente el primero y he tomado rápidamente el segundo. Después de haber constatado la situación en la que se encuentran las estructuras, la motivación de estudiantes y profesores, el compromiso de quien colabora ... creer en ello y seguir trabajando duro parece realmente la única forma de avanzar".

Publicado el 08/02/2012