(ANS - Roma) - Con emoción el sr. Cosimo Cossu, salesiano coadjutor recuerda aquél  lunes 25 de agosto de 1969, día de la muerte de sor Maria Troncatti. Con 28 años de edad, el sr. Cossu tenía una relación de confianza con la futura beata; él la llamaba  "abuelita" y ella, a su vez, lo llamaba "Cosmito".

Don Angelo Botta, entonces Provincial de los Salesianos del Ecuador de Cuenca, tras el incendio que destruyó el edificio de los Salesianos en la noche entre el 4 y 5 de julio, dejó al sr. Cossu y don Krovina en Sucúa enviando en cambio a don Pedro Gabrielli y a don Jan Shutka la costa.

La mañana del 25 de agosto de 1969 el sr. Cossu fue llamado por la directora de las fma, sor Margaret Haro, para resolver un pequeño problema: sor María no quería ir a los ejercicios espirituales. Un derrumbe había bloqueado la carretera por lo que era necesario tomar el avión. El viaje sería muy costoso y esto no le gustaba a sor María y, entonces, ella prefería la compañía TAO en vez de SAN y aquella mañana no estaban previstos vuelos TAO.

El sr. Cossu fue capaz de convencer a sor María. "Gracias, Cosimo, sabía que a usted no podía decirle que no", dijo la directora cuando se enteró del éxito de la mediación. Si bien sor María preparó la maleta, el sr. Cossu, junto con el dr. Contreras, un joven médico apenas graduado que hacia servicio en el hospital salesiano, fueron al aeropuerto, que estaba a unos 3 km y medio para conseguir los tiquets.

A su regreso a la obra salesiana encontró a sor María ya lista en la puerta. El jeep hizo inmediatamente una maniobra y, una vez que subieron las tres sor María, sor Blanca y sor Imelda, corrieron sobre la pista deteniéndose a unos pocos metros de la escalinata del avión que con sorpresa era de la TAO. "Abuelita, vuelas con TAO! ¿Está Contenta?", exclamó el sr. Cossu, "Ah Cosmito, qué lindo, ahora estoy tranquila", fue la respuesta de sor María.

Mientras el avión iniciaba el despegue, el sr. Cossu y el dr. Contreras regresaron a la obra salesiana.  Pero apenas llegaron y reanudaron los respectivos trabajos, fueron informados de la trágica y triste noticia del accidente del avión.

El dr. Contreras, había precedido al sr. Cossu en el lugar del impacto. El avión apenas despegado, a unos 15 metros, comenzó a tener problemas de estabilidad; la maniobra desesperada de los pilotos por evitar un árbol causó el impacto sobre el suelo y la apertura de la puerta trasera. "Los asientos donde estaban sentados, una junto a la otra, sor María y sor Blanca se separaron y fueron arrojados fuera; sor María murió en al instante, sor Blanca, se fracturó la columna vertebral. - dice el Sr. Cossu - sor Imelda, se mantuvo sentada en el avión, resultó ilesa, sorprendida, ni siquiera un rasguño. Uno de los motores continuaba funcionando y haciendo un ruido infernal y representaba un peligro para todos. La gente tenía miedo ".

El dr. Contreras, constató inmediatamente la muerte de sor María, "pero como un buen médico que era, no dijo nada, excepto: 'está inconsciente, llévenla al hospital". Y así, mientras sor Blanca, los dos pilotos, el responsable de cabina y un niño fueron trasladados a Cuenca a toda prisa con un avión de SAN llegado rápidamente,  mientras tanto, el sr. Cossu trajo, ignorando la realidad, el cuerpo de sor María al hospital.

"Me dirigí a 20 ó 30 por hora, por temor de hacerle todavía mal, entre un agujero y otro de la carretera. A todos parecía que se movía, estábamos convencidos de que aún estaba viva"- dice el sr. Cossu - No pudimos decir ni una palabra en los diez minutos que nos separaban del hospital, teníamos miedo de despertarla ".

Acostada sobre una mesa de hospital, todos fueron invitados a salir de la sala. Mientras tanto, la gente de Sucúa comenzó a reunirse frente al hospital pidiendo noticias: "¡Queremos verla! ¡Queremos saber cómo está! ¡Sor María es también nuestra! ¡Queremos verla".

El dr. Contreras mandó llamar al sr. Cossu informándolo del real estado de la situación, “Cósimo, está muerta desde el momento del accidente del avión. No podía decir nada!”. Y así, el sr. Cossu, con dolor en el corazón, salió y mirando a la gente de Sucúa dio la triste noticia de la muerte de sor María Troncatti.

"Hoy después de 43 años - concluye el sr. Cossu – al verte subir a los altares, el dolor se convierte en consuelo, la tristeza en una santa y saludable incontenible alegría, como incontenible fue la prueba de sufrimiento y dolor que vivieron sus hermanas, los Salesianos, la gente de Sucúa y de la Inspectoría entera".

Las Hijas de María Auxiliadora de Ecuador han activado en su página web una sección dedicada a sor María Troncatti. En el mismo sitio, en la mañana del sábado 24 de noviembre a las 10:00 am (GMT-5), se podrá ver la cobertura en vivo de la beatificación presidida por el card. Angelo Amato, sdb, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.

Publicado el 22/11/2012