(ANS - Roma) – El señor Cosimo Cossu, salesiano coadjutor, misionero en Ecuador por cerca de veinte años, es uno de los testigos de la muerte de la futura Beata sor María Troncatti, que murió trágicamente en un accidente aéreo en Sucúa, Ecuador, el 25 de agosto de 1969. El sr. Cossu ha contado en varias ocasiones sus recuerdos y el papel que desempeñó en las trágicas circunstancias en que desapareció la Hija de María Auxiliadora (FMA). ANS ofrece hoy la primera parte de su testimonio.

La historia del sr. Cossu se centra en los dos últimos meses de la Hermana María Troncatti que el próximo 24 de noviembre en Macas, Ecuador, será declarada beata. El primer episodio que presentamos hoy revela la profunda devoción a la Virgen María y la entrega total a la misión que le había confiado.

Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora llegaron a Sucúa en 1925. La pequeña aldea, constituida inicialmente por pocas chozas, comenzó a desarrollarse en torno a la obra salesiana, que con el tiempo tuvo un internado masculino, con cerca de 120 muchachos, uno femenino con 130 muchachas, una iglesia pública y un hospital bajo el cuidado de las fma. Sucúa a finales de los años 60 era un pueblo con unos 700 habitantes.

En el mismo período, sin embargo, la relación entre las poblaciones locales Shuar y los terratenientes comenzaron a complicarse. Los Shuar fueron privados poco a poco de su tierra que cedían a poco precio a los terratenientes, quienes la utilizaban para pastoreo y el comercio de carne. La posición de Sucúa era favorable; el pequeño aeropuerto se convirtió en un lugar de acopio de ganado, sacrificio y envío de carne.

Don Jan Shutka, valiéndose de personas competentes, logró hacer aprobar un decreto presidencial que prohibía la venta de tierras Shuar a los blancos por un radio de 500 km. Esto provocó la reacción de los terratenientes.

En la noche del 4 al 5 de julio de 1969, un edificio de madera de tres pisos, donde residían tres Salesianos - el director, don Pedro Gabrielli, don Jan Shutka, y don Matej Krovina - y dos enviados por el Ministerio de Educación Pública venidos desde Quito para el escrutinio de los exámenes finales, fue destruido por un incendio provocado. Una familia Shuar testificó que quienes iniciaron el fuego fueron blancos. "Les aseguro que vivir una noche como aquella, con llamas de 60 metros y una fuerza de calor que había partido las ventanales de la iglesia a 50 metros de distancia, no era una broma", dice el sr. Cossu.

El incidente provocó la ira de los pueblos indígenas que se alinearon en defensa de los salesianos, amenazando represalias. En la mañana del 5 de julio en el patio salesiano había un centenar de indígenas armados hasta los dientes, dispuesto a exterminar a los blancos. "Don Shutka, consternado por el incendio y por la conciencia de cuál era el objetivo del gesto demente, sintió la petición de un jefe Shuar: ’Padre, ¿a qué hora empezamos?': quería decir que cuándo empezamos a eliminar a todos los blancos de Sucúa? Era cuestión de horas y ningún hombre blanco hubiera sobrevivido  en Sucúa", cuenta  el coadjutor salesiano.

¿Qué hace sor Troncatti? "Sin saberlo nosotros, porque no podía caminar, se hace acompañar en coche a Macas - unos 25 km de Sucúa - donde había trabajado durante años, y se fue al Santuario Mariano de la Inmaculada para pedir a la Virgen por la paz y calmar a sus hijos de Sucúa. - dice el sr. Cossu – Ofreció la propia vida por el pueblo que le había sido encomendado ".

Este episodio, a la luz de lo que luego iba a pasar el 25 de agosto sucesivo, adquirió un significado especial debido a que la tensión entre las dos facciones se apagó ante el féretro de sor Troncatti.

Las Hijas de María Auxiliadora de Ecuador han activado en su página web una sección dedicada a sor María Troncatti. En el mismo sitio, en la mañana del sábado 24 de noviembre a las 10:00 am (GMT-5), se podrá ver la cobertura en vivo de la beatificación presidida por el card. Angelo Amato, sdb, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.

Publicado el 21/11/2012