(ANS – Bakú) – Con motivo de las Jornadas de Estudio sobre la presencia salesiana entre los musulmanes, don Vladimir Fekete, Prefecto Apostólico de Azerbaiyán, intervino con un testimonio sobre la realidad azerí. Su aportación se transformó en una llamada, para la realidad salesiana y no salesiana, de nuevos apóstoles disponibles para una Iglesia que está viviendo un momento de “kairós”.

Azerbaiyán es uno de los países de la ex-Unión Soviética, independiente y democrático desde 1991. Situado en el Cáucaso, ocupa un territorio de 86,6 mil quilómetros cuadrados y tiene 9 millones de habitantes. La economía, basada en los enormes recursos de petróleo y gas natural, es fuerte e imprime un decidido desarrollo, especialmente en la capital, Bakú (3 millones). Sigue habiendo un conflicto en el territorio de Nagorno Karabaj, resto del conflicto armado entre Armenia y Azerbaiyán (1992-1994), que provocó cerca de 1 millón de refugiados en el país. La lengua es el azerí (grupo turco) pero, en el ejercicio del ministerio educativo-pastoral, se usan la lengua rusa y el inglés.

Azerbaiyán tiene antiguas raíces cristianas. Fue islamizado hace diez siglos y posteriormente ateo durante los años 1917-1990; el último sacerdote católico fue asesinado en 1936. El renacimiento de la Iglesia católica se inició en 1997, con la llegada del primer sacerdote diocesano, don Jerzy Pilus, quien en dos años logró el reconocimiento de la comunidad católica por parte del gobierno.

En el año 2000  Azerbaiyán fue confiado a los Salesianos de Don Bosco. En el 2001 la Congregación para la Evangelización de los Pueblos erigió la “Missio Sui Iuris” de Bakú. El gobierno reconoció el derecho a vivir y trabajar en la capital, para ofrecer el servicio espiritual, a los católicos extranjeros que trabajan en el país. La comunidad salesiana lleva a cabo el ministerio pastoral en dos iglesias de la capital, el servicio social-educativo en el Centro “Meryam” y diversos proyectos a través de Cáritas Azerbaiyán. Han surgido dos vocaciones locales hasta ahora: un seminarista de la Prefectura y una aspirante a FMA; ambos están en los primeros pasos de la formación.

Después de setenta años de comunismo, sin sacerdotes ni iglesias, la presencia católica había prácticamente desaparecido. Los azerbaiyanos, que se consideran musulmanes, por motivos históricos son bastante moderados y tolerantes. El Gobierno democrático, con un gran peso en la figura del Presidente, se declara laico, al margen de las religiones. Proclama el principio de la tolerancia religiosa, especialmente hacia las religiones tradicionales (judaísmo, islam, Iglesia ortodoxa e Iglesia católica).

Tras la visita del beato Papa Juan Pablo II, que tuvo lugar en el año 2002, mejoraron las condiciones para la comunidad católica desde varios puntos de vista. La Iglesia católica se considera una de las religiones tradicionales de Azerbaiyán. Los salesianos han recibido del Presidente Ilham Aliyev un terreno para construir una primera iglesia, consagrada por el Secretario de Estado card. Tarcisio Bertone en el año 2007.

El segundo grupo misionero - las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa - ha abierto en el 2007 una casa para los sin techo. Junto a la Catedral se ha inaugurado un Centro de pastoral. En el 2011, con la firma del acuerdo internacional entre la Santa Sede y Azerbaiyán, la comunidad cristiana ha sido reconocida, gracias a una nueva ley del año 2009, y se le concedieron algunos derechos fundamentales por los que puede trabajar de forma más ágil en la vida social del país. En julio de 2011 la “Missio Sui Iuris” ha sido elevada a Prefectura Apostólica de Azerbaiyán y el Superior de la comunidad salesiana, don Vladimir Fekete, fue nombrado su primer Prefecto Apostólico.

La nueva situación abre nuevas oportunidades y desafíos; pero sigue aún abierto el desafío principal: ¿dónde encontrar las fuerzas apostólicas, misioneros dispuestos, con las que afrontar todas las tareas e implantar la Iglesia en este país?

Publicado el 09/08/2012