(ANS – Manouba) – El primer aniversario de la muerte del padre Rybinski fue celebrado en Manouba con gran participación de la gente y en signo de felicidad cristiana. Allá donde el misionero polaco gastó los últimos años de su vida, en la comunidad salesiana, al lado de los cristianos presentes en la ciudad de Túnez y de los jóvenes de la escuela. Lo recordaron con diversas iniciativas a las que participaron quienes lo conocieron y quienes estaban fascinados de su historia en el servicio misionero. 

El viernes 17 de febrero, el día precedente al aniversario de su muerte, hacia las 13:30 una delegación de la embajada polaca en Túnez se acercó a la escuela salesiana para un momento de oración y para el descubrimiento de dos placas dedicadas a la memoria del padre Rybinski; una, colocada en el lugar del delito y otra a la entrada del instituto.  En la ceremonia participaron también diversos profesores y trabajadores de la escuela. 

Después para recordar las dos naciones amadas por el padre Rybinski, en el patio del instituto fue cantado el himno nacional de Túnez y escuchado el himno polaco; mientras se palpaba un ambiente conmovedor toda la institución hizo un minuto de silencio en su memoria. Alumnos y docentes participaron a este momento. 

Las actividades lúdicas, programadas para la conmemoración del salesiano, sirvieron para recordarlo con alegría y del cual el padre Rybinski era testigo y portador en medio de los jóvenes; varios de los grupos de clase dieron vida a los partidos de fútbol y basquetbol.

A las 18.30 toda la comunidad cristiana de la ciudad participó a la eucaristía  de sufragio presidida por el arzobispo, Mons. Maroun Lahham. En la homilía el prelado señaló varios episodios de la vida del padre Rybinski y compartió algunos recuerdos personales sobre el salesiano misionero. Fue un momento de intensa oración en comunión con la Familia  Salesiana y, espiritualmente, con la familia del padre Rybinski.

Como signo tangible del recuerdo, gracias a la colaboración de la Inspectoría de Varsovia, los salesianos distribuyeron camisetas con una fotografía del padre Rybinski, entregada a todos los que hicieron su pedido.

El señor Roberto Lionelli, salesiano coadjutor, que después de haber recibido el mandato misionero en la última Expedición Misionera, tomó el puesto del padre Rybinsky en Manouba, así lo afirman: “hemos querido recordarlo así para no olvidar su gran testimonio, iniciativa constante, amistad sincera, su bondad, el ser Don Bosco en un país que no es fácil de entender y a veces difícil de saber aceptar. Son muchos los que tienen un bonito recuerdo de él, que narran cuántas cosas hizo, el bien que sembró y la amistad que dejó”.

Publicado el 20/02/2012