| Japón – Celebraciones por la paz |
| Japón – Del voluntariado renace la esperanza |
| Japón - Salesianos: en la búsqueda de orientaciones comunes |
La primera etapa, sábado 14 de mayo, fue la ciudad de Fukushima, 220.000 habitantes, situada a sólo 60 km al oeste de la central atómica central gravemente dañada después del tsunami. En la ciudad la radioactividad es muy elevada (1,6 sievert) y la gente, que busca de alguna manera limitar el mínimo de movimientos, cuando se trasladan fuera de la casa deben endosar una máscara.
El domingo 15 de mayo, el salesiano se trasladó a Shiogama – cerca de 100 km de Fukushima – donde celebró la misa y se reunió con el coadjutor salesiano Francis Fukagawa, enviado por Inspector de Japón, padre Aldo Cipriani, con la tarea de colaborar con la diócesis de Sendai en coordinar y ayudar a los voluntarios que de todas las naciones están llegando para socorrer la población.
En la tarde el padre Yamanouchi se unió a la visita del cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo para “Cor Unum”, enviado por el Papa en Japón para trasmitir a la población su cercanía y su afecto. Acompañado también por el nuncio Apostólico en Japón Mons. Alberto Bottari, y del obispo de la diócesis de Sendai, Mons. Martino Hiraga Tetsuo, varios sacerdotes y personal laico, el cardenal Sarah visitó algunas áreas de la diócesis más afectada por el terremoto del pasado 11 de marzo, oró en la iglesia de Shionomaki y confortó un grupo de cristianos que lo recibió a su llegada. El prelado después se reunió con un centenar de desplazados refugiados en una escuela superior cerca de la iglesia.
Concluyendo su itinerario, el padre Yamanouchi visitó también la ciudad de Ishinomaki, que como otras ciudades parece una ciudad fantasma, llena de escombros e invadida del mal olor. El trabajo de los militares, cerca de 100.000 en la zona, es todavía incansable y en sólo dos meses se puede notar progresos importantes.
“Quien visita puestos como estos cambia su propia visión de la vida, de la presencia del hombre en el cosmos” concluye el padre Yamanouchi.
Publicado el 18/05/2011
