El sisma del 12 de enero, que causó centenares de muertos y comprometió todas las estructuras, físicas, sociales y políticas; el ciclón Tomás que, anche se non potente como las precedentes tormentas tropicales de Gustav, Hanna y Ike, ha minado la sobrevivencia de la gente; la difusión del preanunciado contagio de cólera y las complicaciones políticas y electorales agravaron las heridas de Haití.
Los salesianos, llegados en el año 1936, inmediatamente se empeñaron en la educación de la población, privilegiando sobre todo la formación profesional. Recogiendo las contradicciones y las problemáticas sociales, históricas y culturales se empeñaron en la “construcción” de una cultura y de un humanismo inspirados en el valor del Evangelio.
El 12 de enero de 2010 ha obligado a la acción de los salesianos a una revisión importante. El sisma en menos de un minuto comprometió fuertemente el Estado, la Iglesia y la Escuela. Estructuras y personas fueron destruidas, muertos o sacados fuera. El 90% de los edificios escolares (primaria, secundaria y universidad) fueron reducidos a polvo; entre centenares de víctimas también el Arzobispo de Puerto Príncipe; cerca de 200 docentes universitarios y 38.000 estudiantes, de cada grado, perecieron bajo los escombros.
Solicitada la visita del Rector Mayor, Don Pascual Chávez, posteriormente del terremoto, los Salesianos de Haití se interrogaron sobre la modalidad de la “reconstrucción”, evidenciando la prioridad en la educación. El Rector Mayor había invitado a los salesianos de Haití a remangarse las manos de la camisa, acogiendo inmediatamente los muchachos que, privados de las actividades escolares y formativas, podían ser víctimas de gente sin escrúpulos. Junto a las necesidades primarias de las víctimas del terremoto se le ofrecieron los servicios de acompañamiento psicológico y espiritual.
Después de 75 años de su llegada, los Salesianos están preocupados de la “refundación” de su presencia. Varios retos se están prospectando además de las debidas consecuencias del sisma y del cólera: el 52% de la población de Haití está constituida de jóvenes; las universidades, del estado y privadas, son pocos; los nuevos licenciados tienden a dejar el país; desarrollar la presencia de voluntarios y laicos comprometidos en todos los frentes es una urgente necesidad.
Publicado el 12/01/2011