El tema de la 76ma Asamblea Semestral USG concluye la reflexión iniciada sobre la Vida Consagrada en Europa en la Asamblea de fines de mayo del 2010. Una reflexión que, como ha precisado Don Pascual Chávez Villanueva, tiene “como finalidad señalar pistas de recreación y revitalización de la Vida Consagrada en Europa para el futuro”.
Antes de presentar brevemente el programa de la asamblea, el Rector Mayor de los Salesianos, ha manifestado como en Europa, no obstante los intentos de esperanza para la solución de la crisis económica, exista la tendencia a marginar los emigrantes provocando una gran exclusión social. La Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para el Medio Oriente, colocó como punto relevante “el rol que juega el cristianismo en esta zona tan llena de problemas a nivel mundial” y “la exigencia de una mayor colaboración del Islam en la construcción de la paz y el desarrollo de la democracia” Por eso ha dicho el presidente de la USG, que la realidad humana tiene necesidad e ser “unida e iluminada por la solemnidad de Jesucristo Rey del universo”.
El tema de la Asamblea ha sido presentado y comentado a la luz del versículo evangélico: “Entonces Jesús les dijo: No teman; vayan y anuncien a mis hermanos que vayan a Galilea y que allí me verán” (Mt 28,10). Recordando la reducción de las vocaciones para la vida religiosa como preocupación especialmente del mundo occidental manifestó su convicción: “Yo estoy convencido que la vida consagrada, comprendida y vivida como séquela radicale e imitación fiel de Jesús, jamás dejará de existir”. “La vida consagrada – señalo el Presidente de la USG – es como un bosque que representa una reserva y un sostenimiento a la ecología espiritual y social de toda la Sociedad y la Iglesia”.
Profundo el légame que une la iglesia y la vida consagrada, también a lo largo de la historia, en algunos contextos geográficos, políticos y sociales, la primera, algunas veces ha cedido a la tentación de prescindir de la segunda. “No se debe olvidar que los carsiamas fundacionales nacieron casi siempre en los tiempos de crisis, como don del Espíritu para la renovación de la Iglesia; “una lectura más serena y profunda de los datos y de la realidad moderna nos dice que los religiosos en verdad han sido los primeros en entender el fenómeno de la globalización y sus consecuencias, denunciando el rostro inhumano y por lo tanto colocarse del lado de los excluidos”. Por esto en Europa no es “cuestión de sobrevivencia de la vida consagrada y de los diversos institutos, sino de profecía.
Don Mario Aldegani después presentó los puntos sobresalientes de la anterior Asamblea de la USG de mayo.
Después intervino Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid, sobre el tema “Llamada, futuro y vida religiosa: signos de esperanza”, partiendo del conocimiento de la vida consagrada madurada en el servicio pastoral, Mons. Blázquez Pérez ha recordado que el corazón de la vida religiosa es el descubrimiento de la centralidad puesta en Dios. En los diversos carismas, el amor hacia Dios es el fundamento de cualquier actividad apostólica y social, del cual nace la capacidad de responder a la falta de vocaciones. Entre los signos de esperanza, el prelado ha enumerado la presencia difundida de las congregaciones en el mundo, la gran obra de testimonio de fe y la estrecha colaboración de las órdenes religiosas con las Iglesias locales.
Publicado el 24/11/2010