(RMG – Roma) – Don Bosco nunca hizo política partidista ni activa, a pesar de que estaba interesado en la política pero como un elemento importante para sus proyectos de educación para los jóvenes, la libertad de la Iglesia y llevar de esta manera a cabo su misión de salvación. A medida que alguno de estos factores entraban en juego, Don Bosco no dejaba de intervenir ante las autoridades civiles y eclesiásticas. Salus animarum suprema lex.

Por Francisco Motto, SDB

En la República Dominicana, distante a unos 8.000 kilómetros de Turín, la figura de Don Bosco fue conocida gracias a los Salesianos y a las Hijas de María Auxiliadora que durante 80 años consecutivos han gestionado obras educativas y pastorales, apreciadas por todos.A raíz de la proclamación del Año Internacional de la Juventud proclamada por la ONU, que fue celebrada en 1985 y el Día Mundial de la Juventud puesta en marcha el mismo año por el Papa San Juan Pablo II; el Gobierno ha acogido la sensibilidad salesiana e inmediatamente creó estructuras gubernamentales que fueron puestas al servicio de los jóvenes. 

No sólo. Luego de las celebraciones por el primer centenario de la muerte de Don Bosco (1988), su imagen adquirió nuevamente relevancia pública en el país. Así que, el 31 de enero de 1991, un periodista comprometido lanzó la idea de que ese día se convirtiera en el ‘Día nacional de la juventud Dominicana’. Luego de ser manifestada la propuesta contó con el apoyo de los medios de comunicación, de la Iglesia local y de la Congregación Salesiana y en especial, de los grupos de jóvenes entusiastas, salesianos y no salesianos, nació inmediatamente el comité organizador que, en dos años presentaron un Proyecto de Ley. Este Proyecto de Ley tuvo dos lecturas en los diversos poderes del estado, hasta que el 05 de diciembre de 1993 se determinó que el 31 de enero de cada año era oficialmente el "Día Nacional de la Juventud de la República Dominicana". Durante esta fecha todo el país tendría que promover iniciativas de diversas índoles que puedan poner en el centro a los jóvenes y a sus necesidades de paz, de progreso, de esperanza en un mundo que carece de estos valores.

Don Bosco debe haber gozado en el cielo aquel 5 diciembre de 1993; pero no tanto para sí mismo, sino por sus queridos jóvenes, sobre todo por los jóvenes de un país lejano como son las Antillas.

Publicado el 27/01/2016