(ANS - Soddo) – El domingo es un día especial en el Centro Juvenil Salesiano de Soddo, Etiopía. No sólo se celebra, además se distribuyen galletas energéticas a todos los presentes. "Yo tenía una idea de cuántos chicos frequentaban el centro, pero lo que me esperaba el domingo fue algo totalmente inesperado" testifica Tommaso Marchesi, voluntario en Etiopía.
Llegué al centro juvenil cuando incluso las puertas no estaban abiertas, así que me dirigí a la entrada para ver cuántos niños estaban esperando afuera. Cuando me di cuenta de que cientos de niños esperaban ansiosamente para entrar, casi no podía creerlo, y tan pronto como se abrieron las puertas ... ¡una furia! Esta horda de niños comenzó a correr para tomar un asiento en primera fila para jugar a futbolín o acaparar la primera raqueta de tenis de mesa ... pero sobre todo el aspecto que destacaba por encima de todo era una felicidad y una alegría que no es fácil de ver normalmente.
Las actividades transcurrían con normalidad, podía ser un día normal del oratorio, sólo que con el doble de muchachos. Fue al final cuando tuvo lugar la distribución de las galletas. Aunque yo estaba preparado para este evento, todavía no tenía claro lo importante que era y se sentía en toda la comunidad.
Sin embargo, me quedaba una duda, cómo distribuir equitativamente las galletas a más de 500 niños, algunas veces también han sido más de 600. He aquí como: después del Padre Nuestro los animadores, con " severo puño de hierro ", han creado filas más o menos ordenadas - era prácticamente imposible mantener a los niños en calma - y después de haber organizado tres, llegaron las cajas con las galletas. Fue increíble, ¡casi se podía sentir la expectativa que sentían estos niños!
Entonces, finalmente, la distribución. Agitada, rápida e inmediata. ¡Acabó todo en cuestión de minutos. Pero la belleza de ver las sonrisas de los niños recibir un paquete de galletas valía sin duda un billete para Etiopía.
Publicado el 02/07/2015