(ANS – Odessa) – El “alto al fuego” que se firmó el pasado 15 de febrero no ha llevado la paz a Ucrania. Los combates y las explosiones continúany por ellomiles de personas siguen abandonando sus hogares. Odessa es una de las ciudades de acogida donde llegan provenientes del Este de Ucrania. Allí, los misioneros salesianos trabajan con los refugiados porque son personas que llegan sin nada. “Les damos comida, ropa, todo lo necesario para la higiene personal, les ayudamos a que encuentren casa y trabajo”, explican los misioneros en la zona.

Desde que empezó el programa de ayuda a las familias refugiadas, más de 300 personas han encontrado trabajo y pueden comenzar una nueva vida. “Lo triste es que hay más de 8.000 personas que necesitan un empleo”, añaden los colaboradores de los misioneros.

Los misioneros salesianos en Odessa se han marcado como prioridad la atención de las familias refugiadas. “Queremos llegar al mayor número de personas. Hoy, más de 200 personas necesitan nuestro apoyo”, añaden. 

Además, los misioneros salesianos han abierto un centro donde los niños y niñas puedan acudir a jugar. Un espacio pensado para ellos con actividades y talleres. El centro también ofrece apoyo psicológico individual a alrededor de 20 menores, “aunque la tendencia va en aumento”, según las mismas fuentes. Son niños y niñas que han sufrido traumas y que necesitan un cuidado especial.

También hay que agradecer el esfuerzo de las familias cristianas de Odessa que participan en el programa de acogida a familias refugiadas, ya que se convierten en los responsables de que las personas acogidas no terminen en la calle.

Apoyo y acompañamiento a los soldados en el frente. “La tragedia ha afectado de diversas maneras a todo el país. Hay muchas víctimas entre los civiles y muchas más entre los militares y soldados jóvenes”, explicaba hace unos meses el padre Grigorij, que se encuentra en primera línea de fuego atendiendo y acompañando a los soldados.

Los Salesianos en Odessa, además, están llevando a cabo un proyecto de ayuda los soldados heridos que llegan a la ciudad para participar en programas de rehabilitación. “Nada es gratis aquí y tratamos de ayudarles con lo que podemos después de lo que han sufrido”, aseguran los misioneros.

Además, los Salesianos en Odessa han colaborado con el hospital donde los soldados están siendo tratados. Se ha comprado equipamiento médico y audífonos para los militares por valor de más de 1.000 euros.

Publicado el 16/03/2015