(ANS - Turín) - El humanismo que Don Bosco ha aprendido de San Francisco de Sales es capaz de sacarnos del callejón sin salida de la vida y para introducirnos en la verdad. Este es el pensamiento expresado en el centro de la homilía del P. Ángel Fernández Artime en la celebración de apertura del Bicentenario de Don Bosco en la Basílica de María Auxiliadora en Valdocco en un aniversario del santo obispo de Ginebra.
Estaban presentes los inspectores de toda Italia, encabezados por el consejero de la región Mediterránea, el padre Stefano Martoglio, y por la hermana Yvonne Reungoat, Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, el Rector Mayor ha expresado en estos términos el valor que tiene este aniversario que ha sido preparado por los salesianos durante estos últimos tres años, con atención a la historia, la pedagogía y la espiritualidad de "padre, maestro y amigo."
"No debemos solamente incensar a Don Bosco", subrayo el Rector Mayor "pero si reavivar nuestro corazón salesiano", constituido por la bondad de San Francisco de Sales que Don Bosco quiso imitar y trasplantar en la congregación que fundó.
Don Bosco fue un hijo de su tiempo, de la sabiduría rural que fue transmitida por Mamá Margarita. Comenzó su ministerio entre los chicos en las afueras de Turín en aquel tiempo. Pero a partir de esta humilde obra, fue capaz de entretejer la historia de una amplia abanico de personas y, a través de ellas, influir en la nación, Italia. "Con el mismo amor y la bondad – es particularmente emocionante poderlo decir 'aquí hoy en Valdocco - nosotros Salesianos nos reconocemos consagrados especialmente a los jóvenes de las periferias geográfica y existenciales de todo el mundo", recalcó el Rector Mayor.
Publicado el 24/01/15