(ANS – Cagliari) – La realidad de los niños de la calle y la relación de la Iglesia con otras religiones han estado en el centro de un encuentro que ha tenido lugar recientemente en Cagliari, Cerdeña, en el marco de la “Escuela del Mundo”. Hoy día, en el mundo se estima aproximadamente que hay entre 100 y 150 millones niños de la calle, y es probable que su número aumente, debido al crecimiento de la población global y de la urbanización.

La estimación es aproximativa, ya que los niños de la calle rechazan las estadísticas, los censos, las instituciones y con frecuencia se les excluye  de los programas y de las políticas estatales. La mayor parte de las encuestas dirigidas a cuantificar las dimensiones globales del fenómeno no hacen más que arrojar cálculos aún más complejos debido a la inexistencia de un consenso internacional sobre la definición de niño de la calle.

La más utilizada generalmente (Unicef), considera ‘street children’ (niños de la calle) a los menores para los que la calle representa su casa y/o la principal fuente de sostén y que no son protegidos o seguidos adecuadamente. Una tal definición comprende: a los  ‘street-working children’ (niños de la calle que trabajan), que viven en la calle pero que tienen una familia o una casa, y los “street-living children’ (niños que viven en la calle), que por el contrario no tienen nada. Una definición más reciente considera niños de la calle a aquellos para los que la calle constituye el punto de referencia y juega un papel esencial en sus vidas. 

Hablar de niños de la calle es un fenómeno prevalentemente urbano y con frecuencia se piensa que es característico de las grandes ciudades de los países en vías de desarrollo. En cambio, es una plaga siempre más relevante en el mundo industrializado, debido sobre todo a procesos migratorios. 

En cambio, el tema del diálogo interreligioso lo ha afrontado don Guido Errico, salesiano, Delegado nacional de animación misionera, a través de la referencia a diversos textos del ordenamiento civil italiano y al discurso pronunciado por el Papa en Sri Lanka con ocasión del encuentro interreligioso y ecuménico con las cuatro mayores comunidades religiosas: Budismo, Hinduismo, Islam y Cristianismo.

En el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica ha expresado su respeto profundo y duradero por las otras religiones: “jamás un rechazo de todo lo que es verdadero y santo  en estas religiones. La Iglesia considera con sincero respeto los modos de vivir y de actuar, los preceptos y las doctrinas”. El Papa Francisco ha reafirmado estas palabras y el deseo preponderante de un profundo diálogo interreligioso: “Espero que la colaboración interreligiosa y ecuménica demuestre que, para vivir en armonía con sus hermanos y hermanas, los hombres y las mujeres no deben olvidar su propia identidad, ya sea étnica o religiosa”.

Publicado el 11/12/2015