(ANS – Roma) – El Sacerdote Alter Christus, fue uno de los elementos destacados en la conferencia sobre el Venerable don Giuseppe Quadrio, desarrollada ayer 23 de octubre en la Universidad Pontificia Salesiana (UPS), donde se reflexionó sobre los sacerdotes desencarnados y el sacerdote que se pone en el puesto del otro; con palabras del mismo venerable que se hacen hoy cada vez más vigentes en una iglesia que reclama sacerdotes Alter Christus.

Con diversas experiencias expresadas por quienes compartieron con don Giuseppe Quadrio, inició el acto conmemorativo por el 50° Aniversario del Venerable. Don Sabino Palumbieri afirmó que “comunicaba paz e invitaba a irradiarla”. Don Cesare Bissoli comentó que “era un clima de familia alegre el que se vivía en la Crocetta […] era un clima donde incluso se estudiaba”.

Por su parte don José Luis Plascencia centró su intervención sobre “El Sacerdote Alter Christus”; entre sus afirmaciones comenta que “el sacerdocio en el pensamiento y en los escritos de don Quadrio permite encontrar la perfecta convergencia entre lo que piensa sobre el ministerio ordenado en la iglesia y su existencia personale como salesiano presbítero; Se puede decir que en el fondo cuando describe la identidad y la misión del sacerdote, expresa la propia íntima vida personal”.

Con respecto a la visión ontológica de los sacerdotes - Alter Christus -, habla de los que abandonan el ministerio; comenta don Plascencia refiriéndose a las palabras de don Quadrio: “De hecho, incluso como fugitivos permanecen como verdaderos sacerdotes para siempre”. Y prosigue diciendo que esta caracterización de Alter Christus no es algo mágico, sino que se refiere a las virtudes propias del sacerdote en cuanto que hace presente a Cristo.

Frente a la capacidad y cualidad de don Quadrio de saber ponerse en el puesto del otro, afirma: “Escucha siempre con paciencia, con comprensión, pero sin complicidad; ten con cada uno relaciones personales; infórmate e interésate directa y discretamente; sé guardián celoso de los secretos, no traiciones jamás la confidencia, y si el bien común exige una revelación, habla primero con el interesado; en lo posible corrige personalmente y no por medio de otra persona […] es necesario comprender para poder ayudar”.

Siendo más actuales que nunca las palabras de don Quadrio, don Plascencia continúa citando sus textos: “Puede haber incluso un sacerdocio desencarnado en el que lo divino no es capaz de asumir una verdadera y completa humanidad; tenemos entonces sacerdotes que no son hombres auténticos, sino larvas de humanidad,  marcianos caídos del cielo, inhumanos y extraños; incapaces de entender y de hacerse entender por los hombres de su tiempo y de su ambiente; olvidan que Cristo para salvar a la humanidad descendió, se encarnó, se hizo hombre y quiere ser en todo igual a ellos menos en el pecado. Pero tal vez para nosotros es más grave el riesgo contrario, aquel de un sacerdocio mundanizado, en el cual lo humano ha diluido o sofocado lo divino; tenemos entonces el espectáculo lamentable de los sacerdotes  que quizás serán buenos profesores y organizadores, pero no son más los hombres de Dios […] Hay un termómetro infalible para medir la consistencia del propio sacerdocio, la oración”.

Don Plascencia concluye afirmando que los jóvenes piden hoy un sacerdote como don Quadrio, quien supo responder a la exigencia de los jóvenes de su tiempo y que hoy sigue siendo la misma: “Queremos ver a Jesús”.

Publicado el 24/10/2013