(ANS – Roma) – Tenía un buen trabajo, una casa, dos lanchas, una moto y su automóvil. Y muchas otras cosas en los Estados Unidos. Pero decidió dejar todo para servir a jóvenes en situación de riesgo, en este momento en Sierra León, pero dentro de algunas semanas en Malawi. Su nombre es Robert Malusa, 48 años, salesiano Coadjutor de la Inspectoría de los Estado Unidos Este, es uno de los 36 misioneros que partirá en la 144 expedición misionera salesiana.
¿Cómo nació tu vocación?
Durante 10 años trabajé como profesor en una escuela luterana y cada año hice un corto "viaje misionero", y me gustó mucho. Después de la última vez fui a hablar con el pastor luterano de la institución y le dije: “Quiero hacer todo esto por más de 9 días al año.” Me mostró varias posibilidades, congregaciones, instituciones ... pero como sabía que yo era católico y habiendo sabido mi interés por la vida comunitaria, me señanló a los Salesianos. No quise buscar más.
¿ Tu vocación misionera?
El primer contacto que tuve con los salesianos fue en Sierra Leona, en 2003. Fui con un grupo de salesianos misioneros laicos (ASL) y yo me quede allá un año. Luego regresé a los EE.UU. y continué enseñando el año siguiente, llegando a tomar una decisión definitiva en septiembre de 2005 ya que sabía que podía ir a Sierra Leona como SLM máximo 2 años más, pero en ese momento quería hacerlo de por vida. Así que entré en el pre-noviciado de “Orange” y el primer día me dije: "Yo quiero ser un misionero."
¿Qué fue lo que más te impactó de África?
Me sentí abrumado. yo partí enseñando Inglés y religión, pero después, me trasladaron a Freetown por diferentes necesidades, allí ya había otros profesores que impartían esas materias. Así que me dieron una gran responsabilidad, supervisaba las obras de construcción que se estaban realizando. Pasé mucho tiempo con los jóvenes entre 18 a 19 años que trabajaban en la obra.
Qué crees que un misionero de Estados Unidos puede ofrecer en Malawi?
Puedo transmitir el mensaje, que la tecnología, la riqueza y todo lo que el mundo piensa que es lo máximo en los Estados Unidos, no son las claves de la felicidad. Yo les digo: "Se puede ser feliz con lo que tienes, la felicidad viene de dentro, porque lo que cuenta es la relación con Dios y con nuestros hermanos." He aprendido en mi vida antes de conocer a los Salesianos: que tenía y que hacía muchas cosas, pero yo no era feliz en verdad.
Publicado el 24/09/2013