(ANS – Montevideo) – Los jóvenes de la Escuela de Animación Salesiana de Montevideo, tuvieron la oportunidad de pasar la Semana Santa en un paraje del departamento de Durazno, lejos de la ciudad y de la rutina, con momentos llenos de espiritualidad salesiana. En esta experiencia, varios grupos de jóvenes misioneros, acompañados por sus familias, realizaron una visita a cerca de 60 familias.

La Escuela de Animación de la obra “Talleres Don Bosco” es un grupo de jóvenes con experiencia adquirida en misiones, animación y capacidad de servicio. En reuniones periódicas, una al mes, los animadores tienen como primer objetivo orientar en el descubrimiento del ser misioneros, anunciadores del Evangelio con la propia vida y los rasgos de la espiritualidad salesiana, por medio de testimonios vivos.

La preparación de la misión para Semana Santa se inició con un retiro espiritual el cual buscaba encontrar en el interior todo aquello que cada uno puede dar, para así entregar lo mejor.

Esta cuarta misión se realizó con la comunidad de Nuestra Señora de Lourdes de Chileno, es la primera rural que se realiza, y si bien se mantienen muchas características, hay  innovaciones, primero porque se realizó durante la Semana Santa, y segundo, porque contó con la compañía de las familias de los animadores.

“Habiendo vivido otras experiencias de Pascua compartidas entre nosotros, surgió la necesidad de integrar a las familias para compartir con ellas, y porque nos parecía interesante transmitirles todo lo que vivíamos tanto en la Pascua, como en las misiones. El intercambio resultó muy rico, nutriéndonos de lo que cada uno en su etapa de vida tenía para ofrecer, desde niños hasta los más grandes rondando las siete décadas”, afirma uno de los integrantes del grupo.

Por el hecho de ser rural se diferencia de cualquier otra misión, las distancias son más grandes, la hospitalidad es distinta, al igual que el recibimiento y la apertura. Las visitas forman parte de las actividades que se llevan a cabo. Cada hogar por lo general abre sus puertas de par en par, ofreciendo su tiempo, alimentos, y espacios; entregan su experiencia de vida que se traduce en el aprendizaje de los misioneros.

La Escuela de Animación preparó todas las celebraciones del Triduo Pascual, teniendo en cuenta que para muchos de los habitantes era la primera vez que tenían la posibilidad de celebrarlas. Todas ellas contaron con una cantidad numerosa de vecinos, y la Vigilia Pascual supero ampliamente las expectativas de los misioneros. “Pudimos vernos como verdaderos instrumentos, acercando la Palabra y los Sacramentos: Eucaristía, Bautismo y Reconciliaciones”, concluye otro misionero.

Publicado el 10/04/2013