(ANS – Roma) – La plaga del trabajo infantil, tan difundida, no es una justificación. Existen en el mundo diversos lugares donde hombres y mujeres de buena voluntad, religiosos y laicos, se comprometen en la recuperación de los menores favoreciendo su desarrollo integral. Entre las innumerables historias, tres casos que vienen de Togo, Benín e India.

Pyalo tiene siete años y es una de las miles de niñas “bonne” de Togo, que fue vendida por sus propios padres  a las familias ricas como esclavas domésticas. “En Togo, como en muchos países de África occidental, es normal para las familias de las áreas rurales vender sus propias hijas por pocos francos. Tener una muchacha ‘bonne’ es un status social para la familia rica y socialmente aceptada”, explica Patricia Rodriguez, del Departamento de la Procura de las Misiones Salesianas de Madrid. Las misiones salesianas en Togo están comprometidas en contrarrestar este fenómeno: de un lado, sensibilizando a las familias sobre los derechos de las niñas, y del otro lado, acogiendo en sus “Foyer Don Bosco” las muchachas que huyen con coraje de esta situación de esclavitud.

Kofi, de 9 años, todos los días va a trabajar al mercado Oando de Porto Novo, en Benín. Se preocupa de llevar el mercado y no puede ir a la escuela. Es uno de los tantos, en su país, donde cerca de 1 niño entre 3 trabaja – en media 8 horas al día – y 1 sobre 9 está como empleado en lugares de grande riesgo para su salud y su seguridad. La Escuela acelerada para Menores Trabajadores de Porto Novo ofrece la posibilidad a todos los niños trabajadores entre los 10 y los 17 años que no van a la escuela, o que la abandonaron, de poder recuperar y ser integrados en la escuela formal para obtener el diploma de educación elemental.  

Bala, de 8 años, transcurre sus días fabricando ladrillos en Passor, India. Cada día fabrica 250 ladrillos con sus manos y recibe como pago menos de centésimo de euro por cada pieza. Millones de niños trabajando en los más de 500 “campos de ladrillos” del país, fabricando ladrillos todo el día por salarios de hambre y sin la posibilidad de  ir a la escuela y negando su desarrollo personal y social. Para estos niños, el año pasado, la Inspectoría salesiana de New Delhi, gracias a la colaboración de Misiones salesianas, abrió un centro dedicado a la promoción social de los jóvenes. Aquí los menores encuentran un lugar seguro donde poder descansar y comer, seguir algunos cursos de alfabetización y de formación técnica.
 
Publicado el 12/06/2012