Costa de Marfil – La misión de Duékoué, último refugio de la esperanza |
Costa de Marfil – Nacen los temores |
La incertidumbre política de Costa de Marfil, unida a la pobreza, ha creado un clima de sospecha y de temor. En los primeros días de diciembre, con el miedo de las amenazas de los rebeldes, los primeros desplazados comenzaron a refugiarse junto a la obra salesiana. Después de algunos choques en Fangolo, a 4 km de Duékoué, los flujos aumentaron, en la tercera semana de diciembre dormían en la misión cerca de 3000 personas.
El lunes 3 de enero, el ataco a un camión en tránsito hacia el norte de Duékoué, causado por algunos asaltantes, causó 3 heridos y 2 muertos, entre los cuales una mujer de djoula, de etnia malinké. La comunidad djoula acusó a la comunidad de guéré, de etnia we, de ser responsable del ataco. Así recomenzaron los choques entre las etnias.
Después de 4 días de violencia en la ciudad fueron acogidos miles de prófugos. El 6 de enero eran casi 12mil refugiados en la sola misión salesiana. Pocos días después, provenientes de otras áreas de la ciudad, se agregaron otras dos mil personas. Según un reporte de los medios de la ciudad de Duékoué el número de los desplazados en esos días tocó la cifra de 20.000 personas; fuentes militares además contaron más de 40 muertos y 90 heridos, mientras el Municipio ha estimado que son cerca de 400 las casas quemadas, sin contar el desalojo de los negocios.
En este periodo Caritas, el Comité Internacional de la Cruz Roja, el Programa de alimentación Mundial y otras Agencias Internacionales y ONG de Costa de Marfil han trabajado por dar ayuda a los prófugos. También el Papa Benedetto XVI ha participado directamente a las ayudas, enviando a Mons. Gaspard Beby Gneba, obispo de Man, 50.000 euros para hacer frente a la situación de emergencia.
La misión de “Santa Teresa del Niño Jesús” debió reforzarse para la emergencia con duchas, baños, tiendas para las intervenciones sanitarias y de hospedaje; se distribuyó alimento, esteras, cobijas, utensilios de cocina… Algunas ONGs comenzaron programa para los grupos más vulnerables, como ancianos, mujeres embarazadas, personas con enfermedades infecciosas.
Poco a poco la situación está tornando a la normalidad, el número de refugiados en la parroquia ha disminuido. Hoy los refugiados son cerca de 3.200; otros podrían regresar a sus casas ya que no fueron desalojadas, pero el miedo y la incertidumbre los bloca. Muchos permanecen porque lo han perdido todo.
El mayor problema, es la ausencia de administración. El choque político impide cualquier planificación y las familias quedan abandonadas a sí mismas. Escuelas, Institutos y bancos encuentran gran dificultad en reabrir y el embargo sobre el cacao impuesto por la Unión Europea para obligar a Gbagbo a la dimisión, hiere la entera economía. El año escolástico y catequístico se pueden considerar perdidos, dado que la presencia de los desplazados en las obras ha impeido el desarrollo de las actividades normales. Y desgraciadamente todavía no se ve una solución al impase político.
Publicado el 18/03/2011