En la semana pasada, Dorji Tshering, secretario de la “Chhoedey Lhentshog”, la comisión de Relaciones religiosas de Bhutan, declaró que la Comisión colocó en su agenda el tema del reconocimiento de las comunidades cristianas, que permitiría a la pequeña comunidad de Bhutan (1% de la población) el derecho de practicar públicamente el culto y de edificar iglesias.
De frente a una símil oportunidad muchos religiosos de las aéreas vecinas al Reino del de “Dragón Trueno” manifestaron su interés. Entrevistado por la Agencia Fides el salesiano Mons. Menamparampil confirmó que está “estudiando y siguiendo de cerca la evolución de la situación en Bhutan”. Su diócesis, de Guwahati, en el estado de Assam, India Nororiental, es el confín con ese país, “que desde siempre consideramos de mucha atención. Deseamos con todo el corazón ayudar a la población butanés” explicó el arzobispo.
Las dificultades todavía son muchas: no hay libertad de misión en el país y hasta hoy, solamente un sacerdote jesuita, el canadiense Kinley Tshering, pariente de la familia real, está autorizado a acercarse esporádicamente en el reino budista, oficialmente para celebrar la misa en casa el día de su cumpleaños, el 24 de diciembre.
En el país, además, el budismo es la religión del estado y, estando en la Constitución, constituye “la herencia espiritual del Bhutan”. El mismo Dorji Tshering recientemente afirmó que “el intento de la Ley sobre las Organizaciones religiosas de Bhutan es de proteger y preservar la herencia espiritual de Bhutan”: se sobre entiende que el crecimiento del cristianismo constituiría una amenaza para la identidad de la nación, que la ley evidentemente no puede permitir.
Todavía los hinduistas que representaban el 22% de la población, están ya representados a través de las Hindu Dharma Samudaya, y lo mismo se podría prever para los cristianos. En cada caso, reporta el arzobispo, “ya hay varios grupos cristianos presentes en Bhutan. La política de quererlos registrar oficialmente podría indicar el deseo de las autoridades por regularles sus actividades”.
Mons. Menamparampil, famoso por su habilidad de negociador, que ha llevado a la pacificación de diversos conflictos en el estado de Assam, podría desarrollar un delicado trabajo diplomático también en este caso.
Publicado el 09/02/2011
