La obra “Ciudad Don Bosco” que dirige varias casas juveniles y un Centro de Capacitación Técnica en la ciudades de Amaga y Angelópolis ciudades caracterizadas por la explotación de las minas de carbón donde están comprometidos muchos niños de las familias del lugar, están de luto ante la pérdida de varios padres de familia y dos exalumnos.
A las 10:40 de la noche del miércoles 16 de junio en el socavón San Joaquín, 73 trabajadores se alistaban a cambiar de turno y, de repente, sucedió la explosión que acabó con la vida de todos ellos.
El director de la obra, padre Armando Álvarez, narra con tristeza la noticia: “Jamás habíamos pensado que la mina San Fernando, considerada la más tecnificada y más segura de la ciudad pudiera vivir un hecho tan lamentable. Sin embargo hoy tenemos que contarle al mundo que varios de los niños y jóvenes quedaron huérfanos a causa de la explosión originado por acumulación de gas metano dentro de la mina”.
En ceremonia colectiva, en el parque principal de Amaga, se realizó el sepelio de las primeras víctimas. Monseñor José Soleibe Arbeláez, obispo de la Diócesis de Caldas, presidió las honras fúnebres, concelebradas por el padre Álvarez, quien con el equipo sicosocial de “Ciudad Don Bosco” han apoyado desde un comienzo a las familias brindándoles acompañamiento y aliento.
Amaga es un solo dolor, decía uno de los educadores de la obra al sentir las expresiones de tantas familias que habían perdido algún familiar y porque muchos de ellos sostenían económicamente el hogar. Por fortuna ellos tienen la presencia de los salesianos y eso los motiva a seguir trabajando por su futuro, agregó.
Publicado el 13/07/2010