(ANS - Mundri) – En estos dos últimos meses en el sur de Sudán del Sur, cerca de Mundri, 80.000 personas se han visto obligadas a huir y refugiarse en la selva; muchos de ellos están muriendo de hambre o a causa de enfermedades, especialmente la malaria. Este es uno de los trágicos efectos de la espiral de violencia que se extiende en todo el país.
Hace cuatro años y medio luego de la independencia – en el mes de julio 2011 luego de una consulta popular - Sudán del Sur se enfrenta a un terrible conflicto entre las fuerzas del gobierno del presidente Kiir, y los soldados leales al ex vicepresidente Machar. El enfrentamiento armado, que comenzó en diciembre de 2013, ha obligado a más de 2 millones de personas a huir de sus hogares.
Particularmente difícil es la situación de Mundri, ciudad ubicada en el suroeste del país. "Mientras hablamos decenas de personas siguen muriendo, especialmente los ancianos y los niños", dijo el p. David Kulandai Samy, un misionero de la Comunidad de María Inmaculada, a la fundación "Ayuda a la Iglesia Necesitada".
La población ha sido despojada de todo: los cultivos fueron destruidos, las casas saqueadas, robado su ganado. A todo esto se sumala interminable escalada de violencia. "Muchos de nuestros feligreses se esconden en la selva y ahora están viviendo en condiciones terribles, especialmente los niños que no tienen comida, ni agua, ni atención médica", continuó el p. Kulandai Samy.
Los líderes religiosos del sur de Sudán, encabezada por el obispo de Tombura-Yambio, monseñor Edward Hiiboro Kussala, han hecho un llamamiento para la inmediata suspensión de las operaciones militares en el Mundri, y así poder proporcionar la asistencia apropiada a las personas y familias que han sido desplazadas de sus hogares.
Los Salesianos de Don Bosco están presentes en el país, con cuatro obras, una de ellas en Maridi, no muy lejos de Mundri; y entre sus actividades de los hijos de Don Bosco también se han hecho responsables del cuidado de las personas desplazadas, ofreciendo refugio cuando es necesario, pero sobre todo, a través de la distribución de alimentos y en la formación profesional de los chicos en el campamento de refugiados de Gumbo, suburbio de Juba.
Publicado el 18/11/2015