(ANS - Ciudad del Vaticano) – “El desafío urgente de proteger nuestro hogar común comprende la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, porque sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca ha dado marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad todavía tiene la capacidad de colaborar juntos para construir nuestra casa común”.  Así lo afirma el Papa Francisco en el párrafo 13 de su encíclica “Laudato si'”.

Un texto sobre el medio ambiente y la ecología, pero que no se limita a un discurso exclusivo sobre estos temas; sino más bien, de un análisis de "diversos aspectos de la actual crisis ecológica," retoma "argumentos derivados de la tradición judeo-cristiana", para llegar a identificar "el lugar específico que el ser humano ocupa en este mundo".

Por esta razón, la encíclica del Papa no sólo se dirige a las personas de fe católica, sino que tiene un una mirada más amplia, en primer lugar de tipo ecuménico - con referencias a las reflexiones de los patriarca de Constantinopla, Bartolomé - y en un sentido amplio también universal, la  atención que el texto da al tema de la casa común "uniendo a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, tiene sus raíces humanas, nos concierne y nos afectan a todos."

El texto del Papa contiene seis capítulos, precedidos de una introducción y cerrado con dos oraciones, una dedicada a la tierra y la otra al cristiano y la creación.

El primer capítulo, titulado "Lo que está ocurriendo en nuestra casa" es un tema que reiteradamente ya ha sido tratado y condenado por el Pontífice, el de la "cultura de los residuos" que contamina tanto el medio ambiente como a la humanidad; el segundo, "El Evangelio de la Creación" es una referencia a la teología judeo-cristiana de la Causa de la Creación; mientras que en el tercero, "La raíz de la crisis ecológica humana", el Papa pide que establecer una "ecología integral que no excluya el ser humano."

Un tema tratado en profundidad en el cuarto capítulo "Una ecología integral" donde el foco se desplaza más sobre la "necesaria relación de la vida humana con la ley moral inscrita en su propia naturaleza."

En el quinto capítulo "Algunas lineamientos y acción", el Santo Padre indica el diálogo, la transparencia de la toma de decisiones y el retorno a la centralidad del ser humano como formas de salir de la cultura de los residuos; y el último capítulo "Educación y espiritualidad ecológica", el Papa invita a la formación de una "ciudadanía ecológica" originada a partir de una renovada alianza entre la humanidad y el medio ambiente, el resultado de la educación, el redescubrimiento de la naturaleza y del creado como manifestaciones del amor divino, y que también conlleva a un retorno a los sacramentos "un modo privilegiado en el que la naturaleza es asumida por Dios" y el reposo y de la celebración del Domingo.

Publicado el 19/06/2015