(ANS – Turín) – La inminente Exposición Universal que tendrá lugar en Milán y en la que estará operando una "Casa Don Bosco", de inmediato trae a la mente la Exposición Nacional de Ciencia y Tecnología celebrada en Valentino de Turín en 1884, la primera y también la más grande que se ha celebrado después de la unificación de Italia (1861), a la que asistió el mismo Don Bosco, venciendo el escepticismo de algunos de sus colaboradores.
La orientación de la Exposición tendía de hecho a magnificar el progreso y las razón del hombre contra el “oscurantismo católico”; pero Don Bosco, convencido de la bondad de su idea, obtuvo de los responsables el poder tener, junto a la "galería" (pabellón) oficial, un "galería" toda y sólo suya, de casi 60 metros de largo. Hizo poner por escrito en grandes letras: "Don Bosco: fábrica de papel, tipografía, fundición, encuadernación y librería salesiana".
Realmente necesitaba este espacio para mostrar a los visitantes todo el proceso de producción de un libro, a partir de trozos, seleccionados, pulverizados y reducidos a una pasta, pasando por la fabricación de papel, la fusión de los caracteres, la impresión al instante, la unión con una gran cantidad de decoraciones, ilustraciones, grabados, y finalmente la exposición del texto en el mostrador de ventas.
Todos estos procesos eran realizados, bajo los ojos de los visitantes, por unos veinte empleados, trabajadores y jóvenes de Valdocco, que trabajaban por turnos durante todo el día, excepto los domingos, para manifestar una pacífica "protesta" de la organización capitalista del trabajo que no permitía el descanso festivo.
Sin embargo, al final de los trabajos de montaje nuevo y moderno del pabellón salesiano, que había atraído el mayor interés de los visitantes y un verdadero placer del público en general, le fue asignada una simple medalla de plata, no la de oro que en cambio se estaba distribuyendo en abundancia a otros expositores. Luego a la fábrica de papel, "la reina de las máquinas" allí expuesta, se dio sólo un simple certificado de mérito, excluyéndola de los competidores y premiados.
Don Bosco protestó con una vibrante carta al Comité Ejecutivo del Jurado de Revisión, señalando, además de los méritos de sus máquinas, que el jurado se había expresado sin visitar la galería y realizar las necesarias comparaciones. El Comité Ejecutivo, sin embargo, no le pareció revisar el veredicto, y atrajo así la desaprobación por parte de la opinión pública y en señal de protesta Don Bosco no hizo retirar el certificado de participación, satisfecho sin embargo, de haber promovido "junto con el bienestar moral y material de la juventud pobre y abandonada, el verdadero progreso de las ciencias y las artes", y de haber demostrado con hechos que la iglesia católica, con él, no estaba en oposición al progreso.
Una crónica más en profundidad, editada por el P. Francesco Motto, miembro del Instituto Histórico Salesiano (ISS), está disponible en la página web del Boletín Salesiano italiano.
Publicado el 23/04/2015