(ANS - Buenos Aires) – En el barrio de La Corcava, municipio de San Martín - uno de los suburbios de Buenos Aires donde solía ir  Mons. Jorge Mario Bergoglio - fue erigida recientemente la primera “parroquia villera”, que se encuentra en una villa miseria, un barrio pobre. Fue dedicada a San Juan Bosco, ya que, aunque no es salesiana, el santo de los jóvenes tiene mucho que ver con la Argentina y con los jóvenes marginados de los suburbios.

En 2014 el registro de los bautismos hay 600 nombres. Diez veces más que el año anterior, cuando el sacerdote tenía que venir desde fuera a bautizar a los residentes, sólo en ciertas ocasiones. Y esto vale también “para todos los sacramentos”.

El nuevo párroco, el padre José Maria di Paola, amigo y antiguo colaborador del Papa desde cuando era Arzobispo de Buenos Aires, así hace realidad una de las sugerencias pastorales del Papa Francisco: ampliar los servicios a través de capillas para responder a las necesidades de las personas. El padre di Paola ha abierto 9 capillas y rápidamente familias  niños y jóvenes asisten, dando vida a muchas iniciativas como probablemente nunca se había visto en estos lugares.

En los suburbios desde hace un largo tiempo la Iglesia católica está perdiendo presencia entre sus fieles. De acuerdo con el "Centro de Investigación Pew" en América Latina entre 1970 y 2014, la población católica se bajo de 92% a 69%  total; mientras que las iglesias "protestantes" - especialmente pentecostales  - se han subido desde el 4% hasta el 19%.

"No puedo verificar los datos, pero no me sorprende", declaró el padre Paola al periodista Alver Metalli. "Es así, durante décadas, la presencia de iglesias evangélicas es abundante en la villa 21, donde he pasado 12 años y también están presentes aquí donde estoy ahora. Y no sólo los evangélicos, también hay aquellos que practican rituales umbanda y cultos espiritistas. La gente busca una relación con Dios, se siente que la vida mejora a través de ella”.

Sin embargo, no está dicho que la deserción sea imparable: "Entre el hoy bautizado – dijo en diciembre pasado el párroco – habían hijos de evangélicos. (...) Cuando la Iglesia se hace presente, acerca a las personas, como un hospital de campaña que alivia las dolencias, quienes que se distancian retornan con cierta facilidad."

Publicado el 23/01/2015