(ANS – Roma) – Solemnidad especial por la Anunciación en la asamblea capitular. Don Pascual Chávez presidió la Eucaristía por última vez como Rector Mayor y con sus palabras ayudó a entender que la jornada no es por casualidad, sino providencialmente particular.

El acontecimiento de la Anunciación de María iluminó el momento dedicado a la elección del nuevo Rector Mayor. Una llamada, la de María, seguida de una misión, como para cada cristiano y cada salesiano.

La Anunciación es un preludio de lo que puede suceder en la vida cuando te encuentras con Dios: y este encuentro se convierte en una "anunciación para algo totalmente nuevo a lo que estamos invitados".

“Es normal que ante una intervención de Dios en nuestras vidas sintamos miedo de que cambie nuestros proyectos personales y, en cierta modo, que venga de alguna manera a complicarnos la existencia. El plan de Dios no responde nunca del todo a nuestros deseos, ni a nuestras necesidades más íntimas. Es entonces cuando se debe tener la audacia y la humildad de cambiar los propios proyectos, de educar nuestro corazón y aprender a dejarnos conducir por el Espíritu”.

Cada creyente está llamado a cultivar ciertas actitudes: búsqueda del plan de Dios para sus vidas, aceptación de la voluntad de Dios como proyecto de vida, docilidad al Espíritu de Dios.

Posteriormente Don Chávez se detuvo para resaltar "el estilo con el que Dios viene adelante para proponer y pedir la disponibilidad de la persona, es decir, el diálogo. El diálogo evangélico se desarrolla en forma de regalo".

Y este don es, ante todo el de la alegría ("Alégrate, María"), es entonces el don de la gracia ("llena de gracia"; "has hallado gracia"), luego se manifiesta el don de la valentía ("no tengas miedo"). Después se presenta el don de la vitalidad y de la fecundidad ("concebirás y darás a luz un hijo").

A continuación, el don del Espíritu ("el Espíritu Santo, vendrá sobre ti"): es el primer Pentecostés de María y el Espíritu indica la intención de posesión y custodia en nombre de Dios, la solicitud de cooperación. Por último viene el don de la fe ("nada es imposible para Dios"): palabra final, clave que abre a la disponibilidad total y conciente.

Es en este contexto de oración y de fe que la asamblea celebró la Eucaristía, ya está lista para pensar en las elecciones.

Publicado el 25/03/2014